¿Y si Rajoy se reúne con Junqueras y Forcadell?

RAJOY, finalmente, respondió la carta de Artur Mas. La mando premeditadamente a destiempo, si lo hubiera hecho antes de la Diada solo hubiera servido para que los convocantes y sus colaboradores, de un lado y otro de la Pina de Sant Jaume, tuvieran una excusa más para encender los ánimos.

La respuesta no aporta nada nuevo pero es la que podía ser. Solemniza lo obvio pero tiene como virtud que recuerda a Mas, y a todos, cosas que parecen olvidadas: los gobernantes tienen que ejercer el poder dentro de la Ley, el presidente del Gobierno representa a todos, catalanes incluidos, la convivencia entre catalanes puede verse afectada por la propuesta secesionista y eso no lo puede permitir un gobernante serio.

En realidad la respuesta da igual, los independentistas ya han decidido que harán un referéndum de ahora en un año, cuando se sinceran los separatistas dicen la verdad: el referéndum es un estorbo para ellos. Ya han decido que se largan de España y que todos los que no queremos irnos seremos expatriados dentro de nuestro propio país.

¿Qué solución hay?

Rajoy, y con él las instituciones y los poderes públicos que siguen teniendo vocación de respetar la Ley han de convencerse que en Catalunya hay millones de personas que no queremos la independencia. Sería de agradecer que antes de entregarnos o provocar un éxodo intentaran revertir la situación. No sé si somos la mayoría silenciosa de la que habla la Vice, pero sé que hoy desde el Gobierno de la Nación no hay alternativa ni apoyo a los catalanes turbados por tanta excitación que nos conduce a los catalanes, independentistas o no, a futuro incierto y tormentoso.

Creo que el primer paso de cualquier acción de relaciones públicas para reconquistar espacio público por parte de los no nacionalistas es que Rajoy cite a Junqueras y a Forcadell, o incluso mejor, que venga a visitarles al Ayuntamiento de Sant Vicenç dels Horts, donde Junqueras es Alcalde, y ante el empecinamiento, la negativa y el inmovilismo de Junqueras -que solo pide votar y votar dando por descontado el SÍ- se empiece a poner de manifiesto que por mucho que Rajoy ofrezca negociación sin fecha y sin pausa, ellos no quieren negociar nada y en sí misma la propuesta de diálogo les molesta porque desmonta, en parte, su argumento reiterativo de falta de democracia y voluntad de diálogo de España y su gobierno.

Nota final: si Solzhenitsyn o Payá pudieran hablar podrían contarle a los independentistas catalanes cual es la verdadera faz de un estado no democrático y opresor.

Joan López Alegre es profesor de la Univ. Abad Oliba CEU.