Encallados en el error

El Parlament ha aprobado una declaración de soberanía y el derecho a decidir del pueblo de Cataluña, con el apoyo de CiU, ERC, ICV y CUP. Una mayoría amplia que podría haber sido mayor de no haberse cometido el grave error de mezclar el derecho a decidir con una declaración unilateral de soberanía.

El PSC no podía apoyar una declaración unilateral de soberanía por cuatro motivos fundamentales: 1) no se puede desconocer la legalidad, lo que sí se puede es iniciar un proceso para cambiarla, 2) no se puede desvirtuar el derecho a decidir por la vía de prefigurar su resultado, 3) en el marco de la Unión Europea es impensable un proceso de estas características que no parta de un acuerdo, y la declaración unilateral de soberanía no invita al acuerdo sino al conflicto, y 4) el objetivo final de unos y otros es muy diferente, mientras unos quieren separarse de España, otros queremos seguir vinculados a una España federal a través de una reforma constitucional.

La propuesta del PSC era clara y respetuosa con la legalidad vigente: ceñir la resolución parlamentaria a un compromiso para hacer posible el ejercicio del derecho a decidir por parte de los catalanes y las catalanas a través de un referéndum o consulta acordado en el marco de la legalidad, sin referencias al Estado propio, la soberanía o el federalismo; es decir, centrarnos en el derecho a decidir sin prefigurar el resultado, hacer posible que sea la ciudadanía la que acabe decidiendo, y que cada partido pueda defender su propuesta en el debate público. Lamentablemente, CiU y ERC ya decidieron en diciembre otro camino. Y, aunque no fuera ese su objetivo, hacen inviable el derecho a decidir.