La Armada convoca «de urgencia» a un comité de historiadores para revisar su web

El portal oficial que la Armada (Ministerio de Defensa) tiene en internet hablaba abiertamente de una «casa real catalana» (típica expresión acuñada por el nacionalismo en su particular reinterpretación de la historia). Lo cierto es que jamás existió una «casa real catalana», puesto que sus territorios no pasaron de tener la condición de condados y sus titulares no pasaron del título nobiliario de condes.

Pocas horas después de que abc.es publicara la información en la que se advertían de estos errores históricos de bulto, la web de la Armada ha eliminado esa sección de su portal de internet. El enlace en el que aparecía ese relato histórico aparece ahora vacío . Al acceder a él se indica «Texto en revisión».

Fuentes de la Armada han explicado a ABC que, efectivamente, tras la información públicada, han constatado que hay «discrepancias históricas» en el relato que ofrecía esta web oficial.

Ante ello, se ha decidido realizar «un estudio riguroso» para despejar errores, y esa sección se volverá a habilitar en la web cuando el comité de expertos haya alcanzado sus conclusiones. Dicho comité «ha sido convocado urgentemente», según han indicado las mismas fuentes, a través del Instituto de Historia y Cultura Naval de la Armada.

En esta web se confundían hechos significativos que entran de lleno en la historia del Reino de Aragón y, por extensión, de la génesis del actual Reino de España. En el apartado dedicado a las «primeras enseñas», esta web presentaba la auténtica bandera del Reino de Aragón como originaria de Cataluña.

«Al unirse Aragón con Cataluña, por el matrimonio de doña Petronila, hija de Ramiro el Monje, con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, el año 1137, el reino adoptó las armas de este último, que desde Wilfredo el Velloso eran los cuatro bastones rojos sobre fondo amarillo», afirmaba la web de la Armada. Breve párrafo, pero extenso en errores históricos sobre los que había advertido la aragonesa Plataforma No Hablamos Catalán, siempre atenta en detectar y denunciar manipulaciones históricas sobre el pasado de Aragón.

Errores de bulto que, eso sí, encajan con algunas de las interpretaciones interesadas de las que viene haciendo gala la versión histórica del nacionalismo catalán. Como, por ejemplo, citar a Wifredo el Velloso (siglo IX) como el germen de la Corona de Aragón, presentando de paso a ésta como fruto de un imaginario linaje real catalán. La web de la Armada llegaba a citar a Wifredo el Velloso como «conde de Barcelona», algo que tampoco fue. Por entonces sus dominios eran mermamente los del condado de Berga y Ripoll.

La realidad es que esas afirmaciones nada tienen que ver con la verdad histórica. Ya en plena Transición, cuando el nacionalismo catalán despuntaba con sus reinterpretaciones históricas, dos reputados historiadores —los profesores Guillermo Fatás Cabeza y Guillermo Redondo Veintemillas— dejaron clara la cuestión. Lo hicieron con un exhaustivo estudio en el que explicaban que «mientras duró la Edad Media no existió nunca una bandera propia del Reino de Aragón, como no la hubo» en el resto de sus territorios, incluidos los de la actual Cataluña. «En cambio» —subrayan ambos historiadores— en los escudos de armas «sí hubo un distintivo característico de los reyes de Aragón, los cuatro bastones o palos de gules sobre campo de oro».

Para despejar confusiones interesadas —que hace más de 30 años ya empezaban a cundir auspiciadas por el nacionalismo catalán— estos dos historiadores subrayaron otra evidencia: «hay pruebas suficientes para concluir que este símbolo de los soberanos aragoneses lo fue específicamente de los reyes de Aragón en tanto que tales». Y remacharon: «los soberanos que lo usaron tuvieron siempre como primero y principal de sus títulos el de reyes de Aragón». Entre los títulos secundarios estaba el de condes de Barcelona.

Otra evidencia histórica más: «a lo largo de los siglos [los soberanos del Reino y de la Corona de Aragón] llamaron a las barras ‘nuestra señal real’ o ‘nuestras armas reales’, nunca ‘condales’ o de otra manera», destacan estos historiadores, quienes ya en 1978 remarcaban que no consta testimonio alguno fiable, «ni escrito ni gráfico, que pruebe que las ‘barras’ existieran como armas de ningún señor soberano antes de su empleo cancilleresco por don Alfonso II, rey de Aragón».

La Plataforma No Hablamos Catalán calificó este fin de semana de «chapucera, patética y lamentable» la «historia de las primeras enseñas» que divulga la Armada española en su web oficial, por estos errores históricos de bulto. Y reclamaron públicamente al Ministerio de Defensa que lo subsanara de inmediato.