Discriminación lingüística
Al parecer, en el Ayuntamiento de León se ha organizado un cursillo o algo similar para utilizar el lenguaje de manera que se acabe con la discriminación machista que hacía que los plurales y los genéricos de muchos sustantivos de carácter personal sean masculinos en vez de ser de los dos sexos. Me parece muy bien y por ello recomendaría a todos los periodistos y todas las periodistas, así como a todas las tertulianas y todos los tertulianos, que imiten a Ibarretxe y que, a partir de ahora, hablen de vascas y vascos para referirse a las personas y personos de aquel país, aunque se trate de etarras o de etarros. Y dado que, gracias a los movimientos feministas, apoyados por las fuerzas progresistas, la mujer española ha conseguido su plena liberación y puede desempeñar todo tipo de profesiones, y con el fin de que no se discrimine a ninguno de los dos géneros (no sea que los «carcas» del Consejo General del Poder Judicial se opongan a ello por considerar que va en contra de la igualdad de ambos sexos ante la ley), en el lenguaje común todos y todas deberíamos distinguir también entre médico y médica, ebanista y ebanisto, artista y artisto, y otros similares. Y, por supuesto, ya está bien de hablar siempre de policías o soldados. A partir de ahora al referirnos a ellos deberemos decir policías y soldadas si son mujeres y policíos y soldados si son hombres.
José Sarquella Guinjaume.
Llorá (Gerona).
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