«Soy partidaria de la cadena perpetua revisable en casos excepcionales»

La presidenta de la Comunidad de Madrid y del PP regional encara con determinación una de las semanas más intensas del año. El debate de política general en el Parlamento autonómico y el congreso regional de su partido. En principio, el PSOE de Madrid no acaba de reconstruir una alternativa tras la severa derrota de las últimas autonómicas y la presidenta prosigue la ejecución de su programa. En cuanto al congreso regional, el alcalde Gallardón y la presidenta Aguirre parecen haber abierto un nuevo capítulo en sus intensas relaciones. Él ha mostrado su apoyo sin fisuras a la presidenta y ha reconocido su liderazgo de cara al congreso regional y ella concede que su íntimo adversario en tantas batallas es un líder dentro del PP. Y, como siempre, se muestra combativa, dispuesta a replicar las iniciativas del Gobierno de Zapatero, a no dejar sin respuesta ningún ataque.
—¿Se arrepiente de haber abierto un profundo debate ideológico en su partido en vísperas del congreso nacional?
—En absoluto, yo siempre dije que no iba a disputar la presidencia del PP. Y también dije que si cambiaba de opinión, Mariano Rajoy sería el primero en saberlo. Estoy absolutamente convencida de lo que dije entonces: no debemos resignarnos a que las batallas ideológicas las den los socialistas, no podemos resignarnos a que para ganar las elecciones tengamos que creer a quienes tienen la teoría de que debe participar poca gente. Lo que dije es lo que piensan millones de españoles. En Madrid, en Valencia y en Murcia hemos demostrado lo contrario.
—¿Se encontró sola?
—No, aunque sí que es verdad que tuve la sensación de estar apoyada por muchos militantes de base de Partido Popular, por todo el PP de Madrid, pero quizás no por los dirigentes del partido y por algunos de mis colegas presidentes regionales.
—¿Se llevó alguna decepción?
—No. Si yo a alguien le hubiera pedido su voto o su aval todo el mundo lo habría sabido. Jamás pensé en presentarme.
—¿Se lo pidieron?
—Sí, pero yo nunca me lo planteé.
—Para el congreso del PP de Madrid del próximo fin de semana se ha reducido el número de avales para presentar una candidatura hasta el 30 por ciento. Eso supone un gran cambio respecto al congreso de su partido de junio, en el que la existencia de más de una candidatura era casi inviable debido al porcentaje de avales requeridos.
—Es que me parece mal el acaparamiento de avales. Y más cuando se exigió que los avales fueran en blanco, lo que resulta impresentable. Por esa razón en el congreso de Madrid, (y probablemente tirando piedras contra mi propio tejado no para esta ocasión sino dentro de tres años, en el próximo congreso) hemos tomado esa medida, porque lo que tienen que hacer los partidos es favorecer la participación y la confrontación entre candidatos, entre ideas, entre personas. Para eso están los congresos de los partidos.
—Su organización afronta este congreso tras un exitoso ciclo electoral del PP en Madrid .
—Nuestros resultados electorales han sido históricos, pero yo no considero que hayamos llegado a la cima, considero que estamos escalando. Ahora hemos convencido a 170 de los 179 municipios de nuestra comunidad de que votasen al Partido Popular. Hemos sido mayoría en 170 municipios y mayoría absoluta en noventa, que se dice pronto.
—Madrid es un feudo del centro-derecha…
—Madrid ha sido un feudo tradicional de la izquierda durante muchísimos años. Lo que ocurre es que el lema del PP de Madrid, pico y pala, o sea trabajo, trabajo y trabajo, es lo que ha hecho que convenzamos a cada vez más capas de la sociedad, que han entendido que el PP es quien mejor les representa, pero sin dejar de defender nuestros principios y nuestros valores.
—En su partido hay un cierto debate sobre la cuestión de los principios y valores.
—No se puede aceptar el relativismo moral. El ejercicio del liderazgo consiste en decirle a la gente lo que uno considera que está bien y lo que está mal.
—¿Ha estado con Rajoy después del congreso nacional?
—Hemos estado juntos por primera vez esta mañana (la del viernes 12) en un acto conjunto de familias.
—¿Se llegaron a deteriorar sus relaciones?
—En política hemos tenido algunas discrepancias, pero las relaciones personales con Rajoy han sido muy buenas.
—¿Y cómo están sus relaciones con Gallardón?
—El alcalde y yo tenemos relaciones personales y políticas desde hace 25 años y por lo tanto y como en todas las relaciones en la vida (las de amistad, las familiares, las políticas) tienen sus altibajos. En estos momentos, tenemos muy buenas relaciones.
—El congreso del próximo fin de semana será muy plácido…
—Yo ya he agradecido públicamente a Alberto Ruiz-Gallardón que desde el primer momento y recibiendo muchas críticas por parte de mis adversarios ideológicos dentro del partido decidió apoyarme y decir que el PP de Madrid había tenido unos resultados tan extraordinarios que yo había sido su mejor presidenta. Esto ha marcado la pauta porque sin duda Gallardón es un líder dentro del PP. Sin duda ninguna.
—Hay otros líderes que fueron excluidos, por ejemplo María San Gil. ¿Han pensado en cómo no atraer de nuevo a esos referentes?
—María San Gil no ha dejado el partido. Antes del congreso, por causa de las presiones que tuvo en relación a su ponencia, decidió no presentarse a la reelección como presidenta del PP vasco. Va a dejar su escaño, pero va a seguir en el partido. Para muchos de nosotros es un personaje absolutamente admirable y representa lo mejor de la política, un referente moral para todos.
—¿Va a haber sorpresas en su congreso?
—No creo. Haremos la correspondiente renovación pero no vamos a fichar a Sarah Palin. Vaya, no creo que se deje.
—¿Qué es lo que más le llamó la atención de la convención republicana?[/13TEX-NEGRIT]
—He tenido la oportunidad de asistir al nacimiento de una estrella en forma de candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos. Pero lo que más me ha llamado la atención es el patriotismo sin complejos de los norteamericanos en esa convención. Y por lo que me decían mis compañeros de delegación que habían asistido a la convención demócrata era exactamente igual. Todos los días la convención comenzaba con el himno, el fondo era la bandera ondeando. Y además, McCain dijo una frase en la que yo creo y es lo que pienso respecto a mi adversaria autonómica, Maru Menéndez, y a Rodríguez Zapatero, que con ellos es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa. Esto lo dijo claramente McCain. «Los dos somos americanos».
—¿Y la irrupción de Palin?
—Excepcional. La prensa reprochó a McCain una supuesta falta de experiencia de su candidata a vicepresidenta pero todo el mundo ha tenido que reconocer finalmente su acierto. Con su discurso, Palin reactivó las posibilidades de los republicanos. Fue un discurso con una respuesta impresionante.
—Después de las elecciones de 2004 y en una fase de cierto desconcierto en el PP usted mantuvo la oposición ante Zapatero. Se llegó a decir que el verdadero rostro de la oposición era la presidenta de Madrid.
—Eso es lo que deben pensar los socialistas y por eso se dedican a ponerme verde. El Congreso de Valencia demostró que el 84 por ciento de los compromisarios del PP apoyamos a Mariano Rajoy, que Mariano ha sido el líder que hemos elegido para estos próximos tres años y por lo tanto yo aquí hago lo que los madrileños me han encargado, que es gobernar con las ideas y los valores del PP en la Comunidad Madrid.
—Cuando dice que es el líder que el PP ha elegido para los próximos tres años eso deja abierta la posibilidad a que haya una alternativa dentro del PP o, al menos, a que se reabra el debate sobre el candidato.
—¿Y? (corta Esperanza Aguirre).
—En ese congreso se introdujo a última hora una adenda por la cual se garantizaba a Rajoy ser el candidato en las próximas elecciones.
—Algún pelota introduciría eso a última hora porque ni estaba en el texto ni estaba en las enmiendas. Aquí los congresos se hacen cada tres años y no se preocupe que no seré yo la única que pida ese congreso. No tenga usted dudas. Por ejemplo, lo podría hacer el señor Ruiz Gallardón.
—En el debate sobre la financiación autonómica Madrid no es de las Comunidades que plantee problemas. Ni pide deuda histórica ni reclama la aplicación de una ley recurrida.
—Nosotros elaboramos un decálogo sobre la financiación autonómica que todo el mundo comparte, que el PSOE no ha podido rebatir. Aquí la población tiene que pesar, tiene que ser tenida en cuenta. Y si en Madrid éramos cinco millones y hemos pasado a ser seis millones cien mil pues no es posible que pensemos que la sanidad, la educación, el transporte o la vivienda cuestan lo mismo y se pueden pagar con los mismos recursos. —¿Piensa adoptar alguna medida el gobierno regional respecto a la crisis?
—Pienso hacer algún anuncio en el debate de la próxima semana. Pero le adelanto que nuestro objetivo permanente es la estabilidad, ofrecer a los creadores de empleos las condiciones necesarias para invertir, evitar las trabas y que el entorno económico se caracterice por la seguridad y la confianza, algo que no preocupa al Gobierno de Rodríguez Zapatero.
—En materia judicial se han producido hechos relevantes en las últimas jornadas. ¿Qué opina, en primer lugar, de la resolución del Tribunal Constitucional sobre el referéndum de Ibarretxe?
—Pues que es ilegal, que está clarísimo.
—¿Y del acuerdo sobre el CGPJ?
—A mí me parece que el PP en su programa electoral y desde que en el año 1985 Alfonso Guerra anunciara la muerte de Montesquieu y acabara con la independencia del Poder Judicial ha llevado siempre una reforma para conseguir que a los jueces los elijan los jueces. Por lo tanto, que hayamos llegado a un consenso porque eso es lo que quiere el PSOE es una cosa, y que nuestro modelo sea el de que los políticos elijan a los jueces es otra muy distinta. No es el modelo que ha defendido siempre el PP y no sé por qué se defiende el consenso como si fuera algo bueno en sí mismo. A mí no me parece bueno que los políticos elegimos a los jueces.
—Al margen de ese debate, la Justicia presenta toda clase de déficits. La sanción por el caso Mari Luz…
—(La presidenta corta en seco). Estoy absolutamente indignada. Tuve aquí al padre de Mari Luz y es una de las personas más sensatas y más impresionantes que he conocido. Espero que ese drama sirva de revulsivo a la Justicia. Qué tiene que suceder para que la Justicia se mire a sí misma. Qué es lo que tiene que pasar. No es posible que aceptemos de buen grado estas cosas, como que el joyero de Leganés haya sido asesinado por un sujeto en libertad condicional. Esto no se entiende. Si un individuo ha sido condenado a x años y no se han cumplido, no puede estar asesinando por ahí, o violando. Soy partidaria de la cadena perpetua revisable en casos excepcionales, como tienen en Francia y en Alemania. Es decir, que si un señor tiene una condena porque ha matado a 25 personas y se arrepiente y rehabilita es lógico que se le pueda conceder la libertad. Pero de ninguna manera que un señor condenado a dos mil años sólo cumpla diez.
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