Cómo «olvidarse» del smartphone en verano

Armayones explica que «desconectar de la presión, las prisas, la conexión continua y las reuniones interminables es lo que permite a las personas descansar, pero se debe hacer después de un trabajo previo basado en ir bajando gradualmente el ritmo».

El caso más extremo es «el de la persona que cae enferma, sólo empezar vacaciones». Armayones lo atribuye a la situación de tensión laboral experimentada en el transcurso de los días previos, etapa en la que no se presta atención a las señales de agotamiento que envía el cuerpo.

1. Se puede dedicar un pequeño espacio de tiempo durante los primeros días de vacaciones a comprobar que las cosas que dejamos pendientes van quedando cerradas poco a poco.

2. Informando de que nos preparamos para pasar una temporada dedicada a otras actividades (hay que programar nuestros dispositivos para que avisen a quién se ponga en contacto con nosotros que, salvo urgencias reales, estaremos unos días desconectados).

3. Propiciando espacios y momentos para la creatividad sin «obligarnos» a no pensar en el trabajo, pero mirándolo desde otra perspectiva.

Durante las vacaciones no hay que huir de toda expresión tecnológica. «El uso de aplicaciones móviles que nos permitan comunicar cómo nos sentimos, qué nos ilusiona (un viaje, por ejemplo) o compartir fotos de nuestros hijos tendrá en nosotros un efecto positivo», dice el profesor Armayones.

Según el experto, «podemos desconectar de algunas situaciones que durante el año laboral nos estorban y afectan». Un ejemplo: «podemos aprovechar para trabajar sin conexión, quizás solo con una simple libreta y un bolígrafo o leer un libro sobre un tema profesional que nos interesa por el placer de hacerlo».