El Barcelona gana, pero no sentencia

Luis Enrique sorprendió con hasta cinco cambios respecto al partido de Liga del pasado domingo en San Mamés, tres de ellos concentrados en el centro del campo, donde el técnico asturiano prefiere sacrificar talento y complicidad en beneficio de una buena condición que permita recuperar cuanto antes y lo más cerca posible de la portería rival y de Messi, habitual propulsor ofensivo del equipo. Entraron Mascherano, Rafinha e Iniesta por Busquets, Rakitic y Xavi y la función de la medular no se resintió pese al cambio de nombres. Empieza a dar igual, más allá de los matices, si juega este o aquel. La realidad choca con el ideal culé, pero a la vez es un triunfo de «Lucho», que entiende que no puede sostener una tripleta atacante tan potente sin entregar nada a cambio. [ Estadísticas del Barcelona-Villarreal ]

Mientras, el Villarreal, que llegaba a la cita dispuesto a seguir alimentando la ilusión de su afición, compareció muy pendiente del partido de vuelta y se fundió en la primera parte tras la lesión de su timonel, Bruno Soriano. Hasta ese momento, los amarillos, disciplinados, se desdoblaron para minimizar con éxito las diabluras de Neymar y Messi e incomodaron al Barça, que solo halló peligro relativo en espacio abierto (¡cómo no!) y en un par de remates frustrados del siempre irreductible Suárez.

En el 28, justo cuando se lastimó Bruno, dos monerías de Neymar e Iniesta (notable, el manchego) propiciaron el aviso más importante antes del 1-0. Messi, descolgado en la frontal, disparó alto por poco. No obstante, el argentino no suele perdonar dos veces cuando atraviesa momentos dulces de forma. Así, en el 41, aprovechó un robo en los tres cuartos para empujar a gol una conducción y pase de Suárez, que peleó con fe ante Musacchio. El Barça pudo sentenciar antes del descanso, pero se encontró, sobre el pitido final, con una formidable mano de Ter Stegen a remate de Vietto.

Precisamente el meta alemán, hinchado de confianza, pecó nada más salir de la caseta en un trallazo de Trigueros que se le coló entre los brazos. 1-1 y premio para el Villarreal, que acto seguido no supo contener la reacción azulgrana, plasmada en un tanto de Iniesta tras combinación con Suárez y en una acción de balón parado cabeceada a la red por Piqué, cuyo despertar ya no sorprende. El «submarino», inferior en todo el metraje, escapó con un hilo de vida gracias a un penalti fallado por Neymar.