Alemania castigará el dopaje con prisión

Los médicos y otras personas que ayuden a los atletas a doparse tendrán que hacer frente a penas aún más duras: hasta diez años de cárcel «para quien ponga en peligro la salud de un gran número de personas». Asimismo, existirá un agravante si el deportista es menor de edad o se provoca graves problemas de salud o incluso la muerte de la persona dopada. Se espera que en el primer trimestre de 2015 un proyecto de ley final sea despachado por el Ejecutivo al Bundestag —la cámara baja del parlamento alemán—.

Hasta el momento, en Alemania la ley de drogas era la única base para una sanción. Con el informe de Interior y Justicia, se pretende ahora procesar a los deportistas que obtengan ventajas competitivas gracias al dopaje. La ley se aplicaría a cerca de 7.000 deportistas alemanes y excluye a aquellos que realicen deporte recreacional. Los extranjeros también podrán ser procesados. El informe indica que la posesión de sustancias dopantes debería ser también punible con hasta dos años de cárcel.

La persecución penal del dopaje no afecta a la jurisdicción deportiva que, al margen de las citadas sanciones, puede seguir decretando suspensiones con procedimientos probatorios más cortos que los de la justicia ordinaria. Uno de los últimos deportistas de élite que parece haber caído en la lacra del dopaje es el malasio Lee Chong Wei, subcampeón mundial de bádminton y número uno del ránking internacional, que ha sido suspendido provisionalmente por la Federación Mundial de este deporte (BWF) debido a «una aparente violación antidopaje».

El dopaje en Alemania tiene tristes precedentes : en la categoría de superpesados, el exlevantador de peso alemán Gerd Bonk —fallecido hace un par de semanas— ganó la plata en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976 bajo la bandera de la República Democrática de Alemania (RDA), por detrás del inalcanzable Vassily Alexiev; cuatro años antes se colgaba el bronce en Múnich. Todo, gracias a las prácticas dopantes de la RDA. El dopaje arruinó al «coloso de Limbach»: los riñones destrozados, ceguera, dedos amputados, diabetes; todos daños directos o indirectos del dopaje indicado por Berlín Oriental. En la Alemania unificada, Bonk fue registrado como una de las 194 víctimas del dopaje ejecutado por la RDA.