Una reacción incompleta

Al Córdoba B se le empiezan a acumular las semanas sin ganar. Es cierto que su calendario no es el más recomendable y que aún está por hacer, pero la Liga empieza a discurrir y no es recomendable quedarse abajo. Ayer, desde luego, la empresa no era fácil, puesto que ante sí tuvo a una Balona que transita firme por la zona de play off. Con todo, el filial blanquiverde tuvo espíritu para no rendirse hasta el último suspiro.

Hay que reconocerle a Puche un mérito de salida. No debe ser fácil realizar todas las semanas un puzzle en forma de alineación en función a las lesiones, sanciones o necesidades del primer equipo, si bien esto es el fin real de cualquier equipo filial. Obviamente, con plantillas cortas es más difícil. Y más si ante sí tiene delante a un equipo como la Balompédica Linense, la «Balona».

Desde los primeros compases del choque, el cuadro campogibraltareño se hizo con el control del partido ante un Córdoba B que tenía como primer objetivo no repetir el mal comienzo de Guadalajara. Para conseguirlo, el filial blanquiverde dispuso de una línea defensiva de cinco jugadores, entre los que estaba Gálvez, reciclado al eje central tras actuar el sábado con el primer equipo.

Pero esta puesta en escena parecía prevista por la Balona, que, simplemente, se limitó a tocar y a esperar a que el Córdoba se desajustara solo. Porque el filial improvisaba sistema y eso se notó. La Balona no tardó en detectar esa debilidad y a los ocho minutos ya iba por delante. Chema Mato culminó una transición bien llevada por Juanma.

Se le demandaba alguna reacción al filial blanquiverde, pero no llegó salvo un tiro de Adri en una jugada muy aislada. De un modo u otro, el partido estaba muy cómodo para el cuadro visitante. Dio la sensación de que sólo se le podría complicar si se dejaba llevar. Hugo Díaz, un viejo conocido, fue el siguiente en aparecer por el área de Sillero. Su primera tentativa no se concretó, pero en la segunda estuvo cuco para llevarse un balón elevado servido por Copi. Con el 0-2, el Córdoba B era un equipo sin recursos, que, tal vez, pudo explotar mejor a Gálvez en el centro del campo y que necesitaba más creatividad en los últimos metros.

Puche trató de revolucionar el partido con la salida de Pedro, a quien se le sigue atragantando El Arcángel, por Mane. Es decir, buscaba algo distinto, al tiempo de que situaba a Gálvez en el centro del campo. Y la fórmula resultó, porque a los cuatro minutos Mauro daba vida al encuentro tras rematar un buen centro de Espejo.

Al Córdoba B le sirvió el momento para crecerse y creer, aunque a la Balona también le vino bien para regresar con más ímpetu al partido. El Córdoba B se echó encima del partido. El empate rondó la portería rival en varias fases, aunque todo vino alimentado por una excelente actuación de Sillero, quien desactivó varias opciones de ataque en las que el tercer gol visitante estuvo cerca. El caso es que el partido estaba abierto en los diez minutos finales. Tuvo alguna intentona el filial, pero le faltó más precisión para nivelar la contienda.