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Ai Weiwei pierde el recurso contra su multa de Hacienda

El tribunal rechaza la apelación contra la sanción de 1,7 millones de euros por impago de impuestos, que el artista y disidente achaca a su activismo político

Ai Weiwei pierde el recurso contra su multa de Hacienda afp

pablo m. díez

Como ya se esperaba, el artista y disidente chino Ai Weiwei ha perdido el recurso que había presentado contra la multa de 15 millones de yuanes (1,7 millones de euros) que le pide Hacienda por supuesto impago de impuestos, una acusación que él interpreta como una represalia del autoritario régimen de Pekín por su activismo político.

Según confirmó este viernes el propio Ai Weiwei a las agencias internacionales, el tribunal del distrito de Chaoyang ha rechazado la apelación que había presentado contra dicha sanción. «Estoy muy decepcionado porque el tribunal ha rechazado todos nuestros argumentos y reconocido que todo lo que hizo la Oficina de Impuestos estuvo bien», confesó el famoso artista a los periodistas que habían acudido a su casa-estudio en el barrio artístico de Caochangdi, rodeado de nuevo por la Policía. Como ya ocurriera durante la vista oral celebrada el pasado 20 de junio, Ai Weiwei ni siquiera pudo presentarse en el juzgado, custodiado también por un fuerte dispositivo policial para ahuyentar a los periodistas y diplomáticos que se habían personado ante sus puertas.

De hecho, sólo la esposa del artista y representante de su empresa, Lu Qing, y su abogado, Pu Zhiqiang, pudieron acceder a la sala para escuchar la sentencia. «Este fallo no tiene ninguna razón y no reconocemos su legalidad», protestó el letrado, quien insistió en que «hemos perdido la demanda, pero creemos que nuestra acción puede servir en realidad como un símbolo del despertar de la conciencia civil».

El disidente más combativo

A sus 54 años, Ai Weiwei se ha convertido en el disidente más combativo contra el régimen chino. Sus ácidas críticas políticas y sociales, seguidas en Twitter por más de 150.000 personas pese a la censura vigente en internet, le han señalado como un «enemigo público». Desde el año pasado, cuando pasó casi tres meses detenido e incomunicado, se enfrenta a una kafkiana investigación por evasión fiscal y pornografía , ya que posó desnudo para una fotografía junto a varias mujeres. Para echar tierra sobre su nombre, el régimen incluso lo ha tildado de bígamo por tener un hijo con otra mujer que no es su esposa. A finales de junio acabó su periodo de libertad vigilada, pero la Policía le ha prohibido salir del país.

Mientras su estudio de Shanghái era demolido y su carrera profesional quedaba condenada al ostracismo en China, su obra se ha revalorizado en el resto del mundo hasta tal punto que la prestigiosa revista británica Art Review lo nombró en octubre el artista más influyente del globo.

Tras asesorar a los arquitectos suizos Herzog & De Meuron en el «Nido», el icónico estadio olímpico de Pekín 2008, ha expuesto un millón de pipas de porcelana en la Galería Tate de Londres. Durante su confinamiento domiciliario, se vio obligado a usar Skype y el correo electrónico para montar una exposición en Taiwán y contribuir al diseño de otro pabellón de los Juegos Olímpicos de Londres.

Imputado por evasión fiscal , Hacienda le reclama una millonaria multa a su empresa, Fake Cultural Development, registrada a nombre de su mujer. Para recurrir el caso, unas 20.000 personas recaudaron 8,7 millones de yuanes (1 millón de euros) en una colecta organizada a través de internet. Muchos donaron el dinero a una cuenta bancaria, pero otros se lo hicieron llegar a su domicilio en sobres dentro de cestas de fruta o incluso doblando los billetes con forma de aviones de papel que lanzaron en su jardín.

En una reciente entrevista con ABC , Ai Weiwei denunciaba que «la Policía está intentando inventarse algo porque las acusaciones contra mí por evasión de impuestos son meras excusas, ya que en China no hay juicios abiertos ni transparentes para que puedan ser manipulados». Aunque en dicha charla mostraba su determinación a seguir luchando «para que nuestros hijos tengan la libertad que nos falta a nosotros», aseguraba que « China no cambia porque hay un vacío de moral, humanidad e ideología ».

Buena prueba de su compromiso social es el conmovedor mural que forra una de las paredes de su estudio. Uno tras otro, recoge los nombres, edades y colegios de los casi 5.200 niños que perecieron en el devastador terremoto que asoló la provincia sureña de Sichuan en mayo de 2008. Según investigó el artista, sus aulas se derrumbaron como si estuvieran hechas con tofu porque las corruptas autoridades locales las construyeron con materiales de mala calidad para llenarse los bolsillos con el dinero del presupuesto.

Hijo de un famoso poeta represaliado durante la época de Mao, Ai Weiwei forma, junto al encarcelado premio Nobel Liu Xiaobo y al también perseguido premio Sajarov Hu Jia , el tridente de la disidencia china.

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