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país vasco

Tres años de pacto, nueve meses de desavenencias

El PSE aumenta sus muestras de deslealtad hacia quien ha mantenido a López en Ajuria Enea, quizá porque busca ya una aproximación al PNV e incluso a Batasuna

Tres años de pacto, nueve meses de desavenencias efe

i. r. / J.p

En las últimas semanas, el Ejecutivo de Patxi López ha recibido a los «verificadores internacionales» designados por Batasuna; ha invitado como «confereciante» de un congreso sobre «memoria y reconciliación» a una etarra, arrepentida, Carmen Gisasola , pero que cumple condena por tres asesinatos, además de otros muchos delitos; ha exigido la excarcelación de Arnaldo Otegi , el acercamiento de presos al País Vasco y la legalización de Sortu. Pero las muestras de «deslealtad» comenzaron a cobrar cuerpo en septiembre, cuando en la apertura del curso político López anunció desde la tribuna de la Cámara de Vitoria su «hoja de ruta» para administrar el fin de ETA, cuando ETA aún no ha desaparecido.

Unas exigencias que el lendakari no parecía contemplar cuando suscribió el pacto con Antonio Basagoiti , pero tampoco después, cuando seguía gobernando Rodríguez Zapatero y su ministro del Interior era A lfredo Pérez Rubalcaba . El detomante de este cambio en la política antiterrorista fue la Conferencia de Paz celebrada en San Sebastián y el correspondiente anuncio de ETA, el pasado 20 de octubre, de «cese definitivo de la actividad armada». Y aquí comenzó la primera deslealtad del Ejecutivo vasco, porque despreciando el consenso con su socio, López comenzó su escalada de reclamaciones a favor de los presos, de Sortu..., pese a que la banda ni había anunciado su disolución ni había amagado con la entrega de las armas.

Desprecio al PP

Si hasta hace bien poco el consejero del Interior, Rodolfo Ares , se negaba a reconocer el papel de los «mediadores» y «verificadores» internacionales -ese papel corresponde a las Fuerzas de Seguridad-, en su última visita recibió a los hombres de Currin. De la «tolerancia cero» que enarboló a su llegada al Departamento de Interior, Ares ha pasado a la «permisibilidad diez». El Ejecutivo vasco, también a espaldas del PP, ha impulsado un decreto que contempla elevadas indemnizaciones a las «víctimas de abusos policiales», una nómina en la que entran antiguos miembros de ETA, eso sí, que no hayan muerto, por ejemplo, cuando manipulaban la bomba con la que buscaban una matanza. Ha forzado al partido de Basagoiti a integrarse en una ponencia sobre el final del terrorismo, con el «compromiso» de que no se podrán colar los herederos de Batasuna. Pero, a día de hoy, la palabra del lendakari parece estar a precio de saldo. A todo esto, Patxi López arremetió no hace mucho contra el Gobierno de Rajoy por no permitir la presencia de la etarra en la conferencia sobre «reconciliación».

El PP ha mantenido el pacto «contra carros y carretas», según Antonio Basagoiti, porque hasta que ETA marcó la agenda política con su anuncio de octubre, ha servido para erradicar la crispación generada por los anteriores gobiernos de Ibarretxe. Pero la última «vuelta de tuerca» de Patxi López, utilizando Ajuria Enea como bancada de la oposición, ha convertido el acuerdo en inviable. ¿Cómo va a apoyar el PP vasco a quien recurre contra las medidas de austeridad fijadas por Rajoy?

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