Sanidad se queda con el control del Carlos III
Tras un pulso hasta última hora, Ana Mato arrebata a De Guindos la dirección del instituto investigador
Tras un tira y afloja hasta el último momento, la ministra de Sanidad, Ana Mato, ha logrado arrancar al de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, casi todas las competencias del Instituto de Salud Carlos III. El Consejo de Ministros aprobó ayer que los dos ministerios compartan la gestión del centro de investigación. El Instituto Carlos III estará orgánicamente adscrito a la Secretaría de Estado de Investigación, a su vez dependiente de Economía, pero funcionalmente la gestión la llevará Sanidad. La nota de prensa que difundieron ambos ministerios informa que el departamento que dirige Ana Mato se encargará de «todas las actividades de investigación aplicada con traslación al sistema nacional de salud». En la práctica, eso significa hacerse con el control de toda la institución.
Sanidad será quien «proponga» al próximo director del Instituto, si bien la secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela, figurará como presidenta del consejo rector.
Entre otros organismos, el instituto tiene el Centro Nacional de Epidemiología, el de Microbiología, Medicina Tropical y Enfermedades Raras. A él también están adscritos, como fundaciones, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y el de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). En los próximos tres meses una comisión mixta decidirá cómo se repartirán el trabajo los dos ministerios.
Con la vuelta de casi todas las competencias a Sanidad, este ministerio recupera el control sobre el organismo público después de haber estado bajo el paraguas de Ciencia durante el mandato de Cristina Garmendia.
Las fuentes consultadas aseguran que se ha negociado hasta el último momento. En Sanidad sorprendió que Carmen Vela anunciara tan solo minutos después de tomar posesión del cargo que el Instituto Carlos III, junto con el resto de organismos públicos de investigación (OPI), se quedarían bajo su mando en la Secretaría de Estado de Investigación y no regresarían al ministerio del que habían dependido en su día.
Desde entonces, se abrió un pulso por las competencias del Carlos III y ya en los últimos días desde la Secretaría de Estado de Investigación se había dado a entender que se estaba buscando un acuerdo.
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