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La noticia de la desaparición de los dos niños en el parque Cruz Conde ha caído como una bomba en la calle Don Carlos Romero, cerca de Jesús Rescatado, donde nadie se creía que José Bretón hubiera podido hacer nada malo con sus hijos, a pesar de ser conscientes de que las circunstancias «no son tampoco normales». Lo conocen desde siempre y lo califican de «normal y corriente» y «muy trabajador», al igual que su familia, que ha vivido en el número 8 de esa calle desde hace más de 40 años. «Su hermano es ingeniero industrial y su hermana estudió en ETEA y está bien colocada, sus padres estaban que se les caía la baba con sus nietos de Huelva y él ha estado conduciendo una ambulancia en una residencia de ancianos hasta hace bien poco», comentó uno de sus vecinos. El tema no empezó a ser la comidilla del lugar hasta este mismo lunes, cuando todos se extrañaron por ver la casa de sus padres «cerrada a cal y canto, incluso con las persianas echadas, cuando siempre ha estado abierta desde primeras horas de la mañana», explicó Francisco Ruiz. Ruiz, que es compañero de José para jugar al tenis junto a otros dos amigos de ambos, señaló que tenían alquilada la pista para el pasado domingo, aunque finalmente ninguno pudo acudir a la cita, y guarda en su móvil el último mensaje enviado el sábado, día 8, por Pepe, el hijo de Bartolomé, como él lo llama, en el que le dice: «Paco, no puedo ir tampoco, porque tengo a los niños y a esa hora me resulta imposible». La hora aludida en el e-mail eran las 09.00 horas.
Tanto Ruiz como Moreno no lo ven como una persona capaz de hacer daño a sus hijos. «El trato con ellos parecía muy correcto y la semana pasada fue con sus padres y con los primos de los niños desaparecidos hasta Huelva a celebrar el cumpleaños de uno de ellos». Por esa misma razón, tampoco pudo acudir a su otra cita tenística.
Según Ruiz, hasta hace dos semanas José Bretón vivía en Huelva, pero regresó a Córdoba, donde uno de los ferreteros le dijo medio en broma medio en serio si se había separado de su mujer, «y él contestó, en el mismo tono, que sí, con lo que nos quedamos un tanto cortados».










