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El director del FMI, detenido y acusado de intento de violación

«Salió del baño completamente desnudo e intentó asaltar sexualmente a la empleada de limpieza»Las sospechas aumentan ante el hecho de que se marchara a toda prisa del hotel, donde se dejó olvidado el móvil

EMILI J. BLASCO

La carrera de Domique Strauss-Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y esperado candidato socialista a la Presidencia francesa, está en el aire. Los cargos presentados contra él tras la denuncia de una camarera de hotel en Nueva York —acto sexual delictivo, intento de violación y retención ilegal— tienen visos de ser fundados, aunque sus seguidores alegan una treta para desprestigiarle.

El economista y ex ministro francés, de 62 años, casado y padre de cuatro hijas, negó ayer los cargos elevados por la Fiscalía de Nueva York, tras su detención cuando ya se encontraba a bordo de un avión con destino a París. También su esposa, la periodista Anne Sinclair, salió en su defensa. «No me he creído ni un solo segundo las acusaciones», afirmó.

La rápida denuncia del supuesto intento de violación y la precipitación con la que el acusado abandonó el hotel de Nueva York en el que se alojaba, olvidándose el teléfono móvil, abonarían las sospechas. Además, la Policía insinúa tener pruebas que corroborarían al menos parte de la versión de la empleada de la limpieza, de 32 años, que le ha denunciado y que ayer le identificó en la preceptiva rueda de reconocimiento en comisaría. No se descarta que ambos pudieran haber mantenido algún tipo de relación previa en las estancias anteriores de Strauss-Kahn en el hotel.

Suite a 2.127 euros

Strauss-Kahn se había desplazado el viernes desde Washington a Nueva York. En Manhattan se alojó en el lujoso hotel Sofitel, no lejos de Times Square, en una suite compuesta de vestíbulo, sala de estar, dormitorio y baño, que tiene un precio de 2.127 euros la noche. El domingo tenía que estar en Berlín para entrevistarse con la canciller Angela Merkel, y el lunes en Bruselas para una reunión con los ministros de Finanzas de la UE.

El incidente habría ocurrido sobre la 1 de la tarde del sábado, hora local. Según la denuncia, la mujer llamó a la habitación y, al no hallar respuesta, entró con el que convencimiento de que ya estaba vacía. Cuando se encontraba limpiando, el director del FMI salió del baño, completamente desnudo, e intentó asaltarla sexualmente. «La atrapó, la empujó sobre la cama y cerró con pestillo la puerta de la suite», indicó el portavoz de la Policía de Nueva York. «Ella luchó por quitárselo de encima y entonces él la arrastró por el pasillo al cuarto de baño, donde la asaltó sexualmente por segunda vez». Allí él le habría obligado a practicarle sexo oral mientras le intentaba quitar la ropa interior.

La mujer logró escapar y de inmediato contó lo sucedido a los responsables de personal del hotel, que avisaron a la Policía. Cuando ésta llegó, Strauss-Kahn ya se había marchado. El hecho de que se fuera «a toda prisa», según los agentes, olvidando el móvil y otros efectos personales en la suite, dio crédito inicial a la denuncia. Los investigadores aseguran que en la habitación fueron halladas pistas que podrían contener ADN. La denunciante fue llevada al hospital, donde fue tratada de «lesiones leves».

Alertada la Policía de que Strauss-Kahn se disponía a volar a París, agentes de paisano de la Autoridad Portuaria de Nueva York le detuvieron a las 16.45 horas, en el aeropuerto John F. Kennedy cuando el avión se disponía a despegar. Los agentes subieron al aparato de Air France justo antes de que se cerrara la puerta y pidieron al director del FMI, que viajaba en primera clase, que les acompañara. Fue conducido a la Unidad de Víctimas Especiales para ser interrogado. Ya por la noche fue formalmente detenido al presentarse contra él los cargos de acto sexual criminal, intento de violación y retención ilegal. Durmió en una comisaría de Harlem.

El político francés, que llegó a la dirección del FMI en 2007, ya tuvo en 2008 un episodio «lamentable» de posible abuso sexual con una subordinada, como lo calificó la propia institución tras una investigación interna. La situación fue superada con la salida del FMI de la economista con la que había tenido esa relación, la húngara Piroska Nagy, quien pasó a trabajar para el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo.

Strauss-Kahn salvó el puesto debido a que los momentos de intimidad habían sido mutuamente consentidos y no hubo trato de favor. «Si bien el incidente constituyó un error de juicio por mi parte, creo firmemente que no he abusado de mi posición», indicó entonces en un correo electrónico enviado a los 600 empleados del organismo. Quedó la duda de si se valió de su posición de superioridad en en el FMI. Un caso anterior habría sido un intento de violación de una periodista en 2002, según desveló ésta cinco años después: «Rompió mi sujetador y trató de bajarme los vaqueros».

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