Cambio ha sido la palabra más repetida por el líder del PP, Mariano Rajoy, en el mitin que acaba de celebrar su partido en Toledo. Castilla-La Mancha ha sido presentada como la punta de lanza para iniciar un cambio de ciclo que culminaría en las generales del año que viene. Con el optimismo de unas encuestas favorables, Rajoy ha convocado a los ciudadanos «al cambio que se va a producir aquí y después en toda España».
Castilla-La Mancha es el «revulsivo» y María Dolores de Cospedal la iniciadora de ese proceso, según Rajoy, que se juega mucho en el éxito o fracaso de su «número dos». «Cada día que pasa es un día menos para que cambie este gobierno socialista. Merece la pena, es una batalla que vamos a dar y que vamos a ganar», ha dicho el líder popular.
Además, en alusión al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha comentado que «un gobernante con cuajo reconoce sus errores y no echa la culpa a los que llevan siete años en la oposición» y pasó a recordar la herencia que el PSOE recibió en 2004, con unos índices de desempleo por debajo del 10 por ciento.
Barreda, «el peor de todos»
Por su parte, María Dolores de Cospedal, recibida a gritos de «sí, sí, sí, el cambio ya está aquí», ha puesto el acento en que en solo en dos días de campaña se puede percibir «un pulso de cambio que recorre Castilla-La Mancha que transmite que vamos a ganar el 22 de mayo». Fiel al guión de Génova, ha equiparado en todo momento a su adversario José María Barreda con José Luis Rodríguez Zapatero, corresponsables, a su juicio, de la situación económica. Pero ha ido más allá al afirmar que «nos da igual que se hable de Rubalcaba o de Chacón, todos son lo mismo y, el peor de ellos, Barreda».
El PP ha hecho una demostración de fuerza en la Plaza de Toros de Toledo, recinto que no se empleaba para actos electorales desde 1995 y que conoció sus últimos llenazos políticos en 1993 con sendos mítines de Felipe González y José María Aznar. De ahí el empeño de María Dolores de Cospedal por demostrar músculo en una región que, por primera vez en democracia, puede cambiar de partido de Gobierno y que va a servir para medir el éxito o el fracaso del PP en las elecciones del 22-M.
Cerca de 12.000 personas han logrado reunir los populares en un un esfuerzo movilizador sin precedentes después de años de sinsabores electorales. El PP se ha marcado sacar, al menos, diez puntos de diferencia a los socialistas en el ámbito de la Comunidad; romper el empate en Toledo y Guadalajara y sacar un voto más en Ciudad Real que le dé el escaño impar. Tras la reforma electoral que hizo el socialista José María Barreda con el único apoyo de sus diputados (avalada por el Tribunal Constitucional) puede darse el caso de que el PP gane en votos con un amplio margen de distancia pero pierda por un asiento en el reparto de escaños
