Zapatero deja a Mas seguir endeudándose para salvar 2011
El presidente catalán pide que los 30 nuevos traspasos vayan con su partida de gasto
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, logró ayer de José Luis Rodríguez Zapatero permiso para una nueva emisión de deuda pública por valor de 2.600 millones de euros. Un primer tramo de esa cantidad será autorizada por el Ministerio de Economía en próximas semanas, «antes» de que Cataluña le presente el plan de estabilidad —reducción del 10 por ciento de gasto público catalán—, y un segundo tramo después. El primero de estos movimiento endeudamiento, urgente, dijo Más, servirá para aliviar la «tensión de tesorería» de la institución que preside y «refinanciar» deuda que vence este mismo año. CiU cifra el déficit total para 2011 en 7.200 millones, casi el triple de lo que el tripartito declaró antes de su marcha, en noviembre. De tal forma que la deuda acumulada de la Generalitat llegaría a los 40.000 millones en 2012, según datos del nuevo ejecutivo.
A diferencia del «no» a la refinanciación que Zapatero dio al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, hace dos meses, ayer dos horas y medio de «deshielo» entre Zapatero y Mas en La Moncloa dieron de sí ese acuerdo y otros. El presidente catalán se presentó como un político que acababa de tragarse el «sapo» de volver a reunirse con quien él considera que le traicionó en su última reunión, enero de 2006. En aquella ocasión, ambos se vieron durante horas y en secreto para desbloquear el Estatut, supuestamente a cambio de que Mas fuera nombrado president en las siguientes elecciones (otoño aquel año). Al final, el tripartito volvió a sumar más escaños y Artur Mas se quedó en la oposición. «Los sapos», ironizó anoche el líder catalán a su salida de la reunión, «me los como con mi mujer». Es decir, que ayer tocaba reconciliación.
El líder de CiU escenificó frialdad a su llegada a la escalinata de la vivienda del jefe del Ejecutivo, para los fotógrafos, pero luego se le vio moderadamente contento por los resultados. No solo por haber sido autorizado a aliviar la situación de deuda de la Generalitat. El Gobierno central, además, desbloqueará en las próximas semanas el pago de 759 millones de euros para inversiones en infraestructuras que estaban pendientes desde 2008. Artur Mas calificó esto de «síntoma positivo» pero «no suficiente» y ha avisado de que la Generalitat seguirá insistiendo en algunos puntos como el fondo de competitividad que está previsto en el nuevo sistema de financiación autonómica y que, según ha explicado, el Ejecutivo central no es partidario de dotar en 2011. La situación financiera del Estado no permite que sea dotado antes de 2013 le dijo Zapatero.
El líder de CiU explicó que Cataluña está comprometida con el plan de estabilidad y va a demostrar que «somos gente seria». Por eso, dijo, el Gobierno central autoriza más endeudamiento. No le preocupan las críticas que le vendrán en los próximos días por el agravio comparativo que ello pueda suponer porque «estamos acostumbrados» a que se critique que defienden los intereses de Cataluña, «para lo que hemos sido votados».
Respecto al traspaso de nuevas competencias, el presidente de la Generalitat comentó que no está dispuestos a admitirlas si no van acompañadas de su correspondiente partida de gasto porque la situación económica de la institución no lo permite.
«Poder financiero catalán»
Mas señaló también que su gobierno ve «bien» la reestructuración de las cajas de ahorro, que en un año han pasado de 45 a 17, pero advirtió que «Cataluña no debe perder centralidad ni poder financiero» y, en clara alusión a las dificultades por las que atraviesa CatalunyaCaixa, que «los centros de decisión» del proceso resultante «queden» en la comunidad autónoma. El poder financiero del que habló Mas tiene que ir «acorde con las posibilidades de la economía de Cataluña». En ese mismo sentido, el presidente de la Generalitat dijo que ve bien que el Estado quiera privatizar parcial o totalmente los aeropuertos de Barajas y el Prat, pero, añadió, en la sociedad que diseñe el concurso y adjudicación, deberá estar la institución que preside «con voz y voto determinante». Además, los aeropuertos secundarios de Gerona, Sabadell y Reus deberán, explicó, ser transferidos a la comunidad.
Los acuerdos alcanzados anoche en La Moncloa se producen después de las advertencias de Oriol Pujol al PSC y al PSOE de que no traspasasen la «línea roja» de dejar a la Generalitat sin dinero. Aunque finalmente fue desautorizado por el propio Mas, Pujol había dicho que no quedaba dinero más que para pagar dos meses de nóminas de los funcionarios.
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