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González frena a Zapatero: el cartel electoral de 2012 lo decidirá el PSOE

«Lo peor es creerse imprescindible», dice el ex presidente, que ve en Rubalcaba «un todoterreno político»

EFE

G. SANZ , F.DEL VALLE

Felipe González puso ayer voz a los comentarios que en privado realizan destacados «barones» del PSOE y miembros de la «vieja guardia» sobre la sucesión: la decisión sobre el cartel electoral socialista en 2012 no será tan personal como José Luis Rodríguez Zapatero la pinta. «La libertad personal no siempre se puede ejercer cuando se tiene un compromiso político porque pueden no dejártela ejercer», dijo enigmático el ex presidente. «Dependerá», por tanto, de los órganos del partido. Diversas fuentes socialistas consultadas por ABC no encuentran una única respuesta a por qué González sale ahora a la palestra. Unos, los menos, creen que «va por libre» y que todavía «respira por la herida» de su intento fallido de no ser candidato en 1996 y poner a Javier Solana de cabeza de cartel.

Lo cierto es que sus palabras llegan dos días después de que Zapatero reiterara, el martes en entrevista con Carlos Herrera, que revelará su futuro «cuando toque y no es éste el momento. Ahora estamos en lo que estamos y ya diré lo que tengo que decir sobre mi posición al respecto». «Se olvida con frecuencia», le recordó ayer González en la presentación de la candidata socialista a la Alcaldía de Málaga, María Gámez, que son los «órganos democráticos» de los partidos los que deciden. En el caso del PSOE, la militancia por medio de primarias, si hay más de un candidato en liza, o directamente el Comité Federal si solo hay un nombre. Y añadió un demoledor: «Lo peor es que alguien se crea imprescindible».

Él, su esposa y otro dirigente

Sus comentarios llegan en pleno debate interno socialista, avivado por las palabras del presidente en la Copa de Navidad de Moncloa: ya ha tomado una decisión y solo la saben él, su esposa, Sonsoles Espinosa, y «un miembro del partido». «Uno tiene libertad para decir no, pero no tiene libertad para decir sí con todas las consecuencias», reiteró ayer González en una variante de su discurso de los últimos meses.

Hasta la fecha el ex presidente mantenía que incluso para decir «no» uno no es completamente libre. ¿Qué ha cambiado? A decir de algunos de los consultados por este periódico, la sensación de que Zapatero podría haber decidido ya repetir en 2012.

El actual presidente recomendó a Rajoy, en la entrevista con Herrera, que no se confiara porque «hasta el rabo todo es toro» y, además, insisten estas fuentes, algunas frases de sus últimos discursos pueden indicar que su intención es continuar: como que hará lo que tenga que hacer «me cueste lo que me cueste» o la crisis «nos va a exigir cinco años más de reformas», lo que queda de esta y la siguiente legislatura.

Además, hay otro factor nada desdeñable. Ayer, González tuvo palabras muy elogiosas para Pérez Rubalcaba. Del vicepresidente dijo que es «un todoterreno de la política, que lo mismo va por un camino rural que por una autopista, y circula bien». Igual piensan el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara —el lunes bromeaba sobre sus tres candidatos: «Alfredo, Pérez y Rubalcaba»—, Chaves, Blanco, Griñán y otros. A todos les gustaría nominarle en un Comité Federal pero eso choca con los deseos de Zapatero: «Quiero para el futuro, cuando sea, dentro de equis tiempo o de equis años, que la misma legitimidad que he tenido la tenga quien en su futuro vaya a dirigir al PSOE. ¡Sólo faltaría!», dijo el martes.

No dividir al partido

Y bajo ese manto se cobijan quienes, dentro de la Ejecutiva Federal, no quieren al vicepresidente primero como cartel electoral de 2012 porque lo consideran una «involución» generacional. Esos sectores, hoy minoritarios, ven el futuro en la ministra de Defensa, Carme Chacón, y trabajan porque, llegado el caso de que Zapatero no repita, haya primarias en las que medirla con Rubalcaba.

El presidente castellano-manchego, José María Barreda, también apoya unas primarias, aunque sea Rubalcaba, porque «ya sabemos el desastre que supone designar al sucesor». Todos saben que, al minuto siguiente de que Zapatero diga que se va, todo el «aparato» del PSOE trabajaría para Rubalcaba y habría división.

Ayer a González le traicionó el subconsciente: «Dije que no con 54 años y ya no había marcha atrás». Esa edad la tuvo en 1996... el año en que se presentó para perder contra Aznar. Salvando las distancias —a diferencia de entonces, Zapatero está más deteriorado que la sigla PSOE en los sondeos—, algunos socialistas ven a Zapatero abocado a repetir y, además, con posibilidades de ganar todavía.

Jordi Sevilla es uno de ellos. En su blog, el ex ministro se preguntaba recientemente «¿cómo va a explicar (Zapatero) que se va?» Y añadía: al presidente lo eligen los ciudadanos, no los sondeos. A la mañana siguiente, el jefe del Ejecutivo recordó: «Si estoy en La Moncloa es porque los ciudadanos han decidido en dos ocasiones otorgarme la confianza con un número de votos, por cierto, muy importante».

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