Suscribete a
ABC Premium

La coincidencia de Anna Paquin y Vivien Leigh

Anna Paquin y Stephen Moyer se casaron el sábado en Malibú. Una biografía de Vivien Leigh y Laurence Olivier retrata a la actriz como bisexual y adúltera correspondida por su marido

La coincidencia de Anna Paquin y Vivien Leigh REUTERS

R. BELMONTE

Si alguien creía que no era posible dar un paso sin tropezar con un vampiro, ahora parece que también hay superpoblación de bisexuales femeninas (y hoy no toca Angelina Jolie). A veces se dan en el mismo paquete unos y otras. Ahí está Ana Paquin, que no es chupasangres en «True Blood» (es telépata, que todavía es más raro) pero se ha casado con uno, el vampiro Bill Compton. O sea, con Stephen Moyer. Paquin y Moyer, que se comprometieron hace un año en Hawai, se casaron el sábado por la tarde en una casa de Malibú.

Escenarios ambos alejados del encantador rollo pueblerino de los pantanos en «True Blood». Ni que decir que los lujuriosos vampiros de «True Blood» molan más que los melifluos de «Crepúsculo». Ni que decir que también que no son los primeros vampiros guays, que ya estaban David Bowie y Catherine Deneuve en «El ansia».

«True Blood» es una serie muy cosmopolita en sus protagonistas. Anna Paquin es canadiense crecida en Nueva Zelanda, Moyer es británico y Alexander Skarsgard, el vampiro Eric, sueco. Eran los tres que compartían la portada sangrienta de la revista «Rolling Stone», donde nos enteramos de que Skarsgard se niega a ponerse el calcetín que los hombres usan para taparse (para ponerse capucha) cuando hacen escenas de desnudos. Moyer sí se lo pone.

Pero iba a la chica, a Anna Paquin, que declaró hace unos meses que era bisexual. Una Anna Paquin a la que hemos visto crecer. A la que hemos visto llevando un espantoso gorro de ganchillo en la cabeza (cuando recibió su Oscar por «El Piano», que tenía al lado a Holly Hunter pensando «yo a esta horrible niña no la conozco de nada»).

O a la que hemos visto de rubia. Ya cantan los Manos de Topo que hay que ser rubia al menos una vez en la vida. Vivien Leigh también fue rubia como Blanche DuBois en «Un tranvía llamado deseo». En el cine consiguió llevar peluca pero en el teatro tuvo que teñirse por la insistencia de Laurence Olivier, que era el director.

Vivien fue rubia y bisexual. Se cuenta en una biografía que de Vivien Leigh y Laurence Olivier sale en diciembre. En «Damn You, Scarlett O’Hara», Darwin Porter, que conoció a la actriz en los 60, y Roy Moseley, que fue asistente de Olivier, relatan lo tortuoso de la relación entre ambos y las relaciones que tenían fuera del matrimonio. Una pareja que en la época sólo era igualada o superada en notoriedad por los duques de Windsor.

Cuentan que Vivien Leigh, además de tener tres amantes femeninas (una, la actriz Isabel Jeans), iba en los 40 con George Cukor, el primer director de «Lo que el viento se llevó», a Scotty’s a buscar tiarrones con los que pasar la noche. Scotty’s era un burdel de Los Ángeles disfrazado de gasolinera.

También cuentan que lo mismo les pagaban en pitilleras, en joyas, en acciones o en bonos. O que a Vivien Leigh la echaron de un hotel italiano por recoger demasiados chicos de la calle. Parece que era poco escrupulosa. Lo mismo le daba Marlon Brando que Rex Harrison o que uno de pago. También se recuerda que la actriz nacida en Darjeeling, donde el té, era bipolar no diagnosticada. Y no es que un bi lleve al otro, claro.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación