«Si controláramos los recursos naturales duplicaríamos el PIB»

Su obra ya ha sido abrazada con júbilo entre distintos colectivos independentistas de las Islas. Y no es para menos. «Canarias tiene futuro», el trabajo del economista canario Jorge Ancor Dorta (Mencey Managament) pone sobre la mesa, sin tapujos y dobleces, que una Canarias independiente sería más rica y próspera desde el punto de vista económico. De hecho, tiene claro que «el PIB se duplicaría si controláramos todos los recursos naturales, seríamos de los más ricos del mundo». La fórmula está clara pero es difícil de conseguir si no hay posiciones valientes entre los políticos canarios.

La teoría sobre la que gira el libro es la maldición de los recursos naturales, un concepto que muchos economistas aplican a países pobres o en vías de desarrollo que son ricos en materias primas. «La maldición de los recursos naturales dicta que cuando se crea una riqueza fácil, no existen los mecanismo de gobernanza adecuados y hay un excesivo poder de las elites que usan esa riqueza porque es más fácil mantenerse en el poder repartiendo los trozos de la tarta que haciendo políticas de crecimiento solido a largo plazo», comenta. Las elites canarias, desde su perspectiva, son los políticos con responsabilidades de gobierno: «En toda sociedad canaria hay una elite dominante que juega un papel dual. Por un lado es dominante y víctima de ciertas estructuras de dependencia, pero asociado a ciertos intereses de la metrópolis. Es un factor que impide el cambio porque quiere mantener el statu quo, y lo que hace falta es que la gente tome conciencia de que un régimen clientelar y corrupto es incompatible con los derechos de los ciudadanos. Cuando la gente entienda el coste de oportunidad que hay para el futuro, habremos dado el primer paso».

¿A qué otro problema se enfrenta la economía canaria en la actualidad? Su modelo de turismo y construcción está agotado. «El monocultivo no es inherente, es el fallo del Gobierno por no diversificar. Hay múltiples sectores para hacerlo, hasta cuarenta relacionados con hidrocarburos, biotecnología o el financiero, si se cambiara el marco regulatorio». En su opinión, «tendríamos una economía y una sociedad más equilibrada porque la maldición de los recursos naturales genera desigualdad de rentas».

Dorta ve como una oportunidad para el futuro el desarrollo de la explotación de los hidrocarburos en la franja que conecta Marruecos con el golfo de Guinea, pero para que Canarias se beneficie de esa coyuntura, debe haber un cambio estructural. «Cuando cambiamos la perspectiva, tanto mirando desde ópticas de derechas o de izquierdas se llega a la misma solución porque el problema en Canarias no es la derecha o la izquierda, sino que se gobierna desde el clientelismo y se ha caído en la maldición de los recursos naturales. Hay mercado cautivos y relaciones neocoloniales de naturaleza comercial», señala. En esa tesitura considera que es «económicamente imposible» solucionar los problemas de los desequilibrios de la economía canaria mientras esté incluida en las estructuras del Estado español. Incluso, va más allá: «Una Canarias independiente que explote sus recursos naturales no tiene un problema de como gestionar un déficit de balanza comercial, sino que el problema real es como gestionar los superávit comerciales y fiscales».

Evidentemente, Dorta no se conforma con algunas herramientas que tiene la economía canaria para ser competitiva como el REF o la ZEC. Del primero, asegura que no ha arreglado los problemas estructurales de la economía canaria: baja capitalización, baja productividad y falta de diversificación. «Hay incentivos mal estructurados y contraproducentes y el REF se utiliza para proteger mercados cautivos e intereses foráneos, sobre todo españoles, en Canarias», comenta. Del segundo dice que está «mal diseñada» porque «cuando se crea una zona de baja tributación, lo importante es entender que se está compitiendo con paraísos fiscales por lo que hay que hacer una zona competitiva a nivel mundial».