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Un pregón lleno de recuerdos y sentimientos

El ex concejal Juan José Pérez del Pino abrió la Semana Cultural que cumple medio siglo de vida

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Buenas noches:

Lo primero que debo hacer es agradecer a Antonio Fernández , nuevo Presidente de la Asociación de Vecinos, sus amables palabras en la presentación que ha hecho de mí. Este joven que a decir de algunos medios de comunicación es el presidente de asociación de vecinos mas joven de España, no preside la Asociación de Vecinos precisamente por ser joven, sino que lo hace porque a juicio de la asamblea que le eligió es una persona ilusionada y capaz de ponerse al frente de una asociación que tiene casi el doble de años que él. Me voy a permitir darte un consejo como se lo daría a mis hijos, pues tienes edad para serlo, y es que “Dediques tus esfuerzos a ser querido y respetado por tus vecinos, escúchalos, e interpreta bien lo que te digan, porque la juventud es esa enfermedad que se cura con el tiempo, mientras que el cariño de tus vecinos perdurará.

Estoy aquí es pronunciar el pregón que da inicio a la semana de cultura del barrio de Santa Bárbara. Y el pregón es una intervención que el orador hace en voz alta y en un sitio público, para hablar de algo que conviene que todos sepan, y no es ni más ni menos que anunciar el comienzo de la semana de cultura de nuestro barrio, y desde aquí vamos a tratar de animaros a participar en ella.

Hace un par de horas han tenido inicio estas ya tradicionales actividades con el descubrimiento de una placa conmemorativa que rinde homenaje a las personas que han hecho posible estas Semanas de Cultura que alcanzan con esta edición el medio siglo de celebraciones, medio siglo en el que muchas personas de este barrio, han dedicado parte de su tiempo, esfuerzo y desvelos para que esta tradicional semana tenga continuidad. Quiero hacer un paréntesis para recordar que hace un par de días hemos perdido a Isabel, una de esas vecinas que han colaborado durante años en la organización de estas semanas, y con el recuerdo a Isabel quiero recordar a todos los que colaboraron con la semana de cultura y que ya no están con nosotros.

Cuando se cumple el 50 aniversario, en esta etapa del camino, me ha tocado a mí el honor de estar aquí para pregonar la celebración de esta semana cultural.

Y es justo dar las gracias a las personas que integran la Comisión del 50 aniversario de la Semana Cultural de Santa Bárbara, y a la Junta Directiva de la Asociación de Vecinos por el esfuerzo que realizan para que esta semana se desarrolle, y por supuesto por encargarme esta grata tarea.

Sin duda que pensaron en mí, más por el cariño que me dispensan los organizadores, que por los méritos que yo pueda tener.

Les doy las gracias a ellos, y por supuesto a todos vosotros por la gentileza de venir a escucharme.

Decía Antonio Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, pues amigos míos esta Semana de Cultura lleva cincuenta años haciendo camino, desde que se inició por terrenos de la estación de ferrocarril, pasando a zonas de la iglesia, los patios de la Comunidad Pla y Deniel o estos espacios aledaños al polideportivo. Siempre haciendo camino y señalándole a los que van detrás.

Os confesaré que cuando me encargaron el pregón comenzaron las dudas, porque no creáis que esto es una tarea fácil, por lo menos a mí no me lo parece, así que inmediatamente pensé:

¿Cómo puedo pregonar una Semana de Cultura Popular como la de nuestro barrio?

¿Qué puedo decir que no se haya dicho en los 50 pregones anteriores, o que no resulte lo clásico de cualquier pregón?

En esas andaba cuando le pregunté a un amigo ¿de qué hablarías tú? ¿Qué te gustaría escuchar en un pregón? Y si llego a saber su repuesta os aseguro que no hago la pregunta, me respondió que lo mejor era que hablase de mis sentimientos. Como si eso fuera tan sencillo. Hablar en público no es fácil, pero hablar en público de mis sentimientos, aún es mucho más difícil.

Dándo vueltas al asunto opté por referirme un poco más a mis vivencias en este barrio. Y os puedo contar que vine a Santa Bárbara procedente del Casco Histórico, desde la Travesía de Santa Isabel, o sea que no soy nacido en este barrio, pero vine en agosto de 1977 a la casa de mis padres con los que vivía.

Vine soltero, con el pelo largo y barba lampiña, ambas negras, y hoy llevo 32 años casado, tengo tres hijos, el pelo que me queda es blanco, o sea que lo mejor de mi vida lo he pasado en Santa Bárbara.

Llegué a este barrio a vivir a uno de esos pisos construido por la Obra Social de Caja Toledo, cuando esta obra social hacía viviendas. Y aquí seguí viviendo cuando me case en 1978, aquí nacieron mis tres hijos, y fueron a la Guardería del barrio, luego al Colegio Ciudad de Aquisgrán y más tarde al Instituto Princesa Galiana.

En aquellos años iniciales me uní a la Asociación de Vecinos, conocí amigos y personas que me acogieron, y de las que he ido aprendiendo cosas, de todos se puede aprender algo. Pero todo no fue fácil cuando llegamos al barrio, durante aquellos primeros meses, pude percibir cierta desconfianza de los aborígenes hacia los foráneos, francamente no fuimos bien recibidos, acaso fuera por que veníamos casi de trescientas familias de golpe, y lo sintieron como un invasión. Pero poco a poco nos fueron acogiendo, porque aunque veníamos de otros barrios, “éramos de los suyos”, de los que sufren carencias en cualquier parte del mundo, en este caso en Toledo y fui descubriendo personas junto a las que valía la pena arrimar el hombro. Los que veníamos de fuera no queríamos nada que no quisieran los de aquí, necesitábamos lo mismo que ellos, que era precisamente todo aquello de lo que carecíamos.

Decía antes que de todo el mundo se puede aprender algo, y si algo he aprendido en la vida, es que resulta más fácil entenderse con la gente cuando sabes escuchar, porque a todos nos gusta que nos escuchen. Pero yo tuve suerte de poder echar mano de esa habilidad de escuchar, hasta el extremo de sentir como un deber escuchar a los demás. Probablemente, de escuchar nace mi inconformismo y esa posición de rebeldía frente a lo que considero injusto y que espero conservar siempre.

Todas las opiniones que uno recibe cuando escucha a los demás le enriquecen, aunque a veces le siembren dudas, fijaros sino en lo que os voy a contar:

Dos amigos míos estaban charlando de temas intrascendentes, uno de ellos ateo convencido, el otro de misa diaria, cuando al despedirse el católico practicante le dice al ateo:

Adiós fulanito, rezaré por ti.

Y el ateo le contestó, reza, reza, no vaya a ser que yo esté equivocado, y tú tengas razón.

No se convencían el uno al otro, pero se escuchaban, y yo escuchándoles a ambos les entendí un poco mejor.

Como os decía, por escuchar a este barrio, llegué a interpretar cuales eran sus necesidades, que era lo que quería, por ello probablemente tuve la oportunidad de ser Concejal del Ayuntamiento de Toledo dos veces. La primera entre los años 1983 y 1987 y la segunda entre los años 2003 y 2007, una en el siglo XX y otra en el siglo XXI, honor que no muchos Concejales de esta Ciudad pueden esgrimir, haber sido concejal de su ciudad una vez en cada siglo. Y estoy muy satisfecho de haber contribuido a que aquí haya lo que nunca antes había habido.

Os aseguro que este es un barrio integrado por personas humildes, que conservan valores cada vez más en desuso, como son:

El Compañerismo, la Solidaridad, la Lealtad, en fin como le gusta decir a algún dirigente político, aquí hay buena gente.

¿Y por qué esas personas que tenían tan poco, hacían el esfuerzo de realizar una semana de cultura? Pues como reivindicación. Cada semana que se organizaba era para recordarle al poder establecido aquello de “aquí estamos nosotros y vamos a hacer lo que vosotros no hacéis”. Porque, como nadie se ocupaba de este barrio, fueron los propios vecinos de Santa Bárbara los que tuvieron que suplir las carencias que se sufrían, con el esfuerzo propio y arrimando el hombro al de sus vecinos, se auto-organizaron para procurarse lo que otros, siendo su obligación, les negaban.

Una Semana de Cultura, es una semana de unión en la que este barrio reivindicaba su derecho a tener agua, autobuses, calles asfaltadas, iluminación publica, instalaciones deportivas, escolares y sanitarias, porque de todo ello carecía este barrio. Era una manera de hacerse visibles, pero el gran avance vino promovido por la participación ciudadana; por planteamientos asociativos y colectivos que empujaron a la democracia a hacer lo que era necesario. Os diré que este barrio ha conseguido muchas cosas con acciones directas como aquella noche que armados de brochas y botes de pintura señalamos una parada de autobús en la plaza del Sagrario y posteriormente obligamos a parar a los autobuses, y ahí está la parada funcionando perfectamente 30 años después.

En cuanto a lo festivo os contaré una anécdota que nos toco vivir a quienes organizamos aquellas fiestas en las que se montó una plaza de toros en el campo de futbol. Instalamos una plaza de toros y al finalizar la semana, lógicamente habían quedado restos de la fiesta. Entonces la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento nos dirigió una carta a la Asociación de Vecinos anunciándonos que tomarían medidas contra nosotros si no procedíamos a limpiar el campo de futbol.

Nosotros respondimos a aquella carta diciendo poco más o menos, que nos alegrábamos mucho de que hubieran descubierto que en Santa Bárbara había un campo de futbol, y que esperábamos que sabiendo esto se ocuparan de su mantenimiento y limpieza.

Afortunadamente, hoy es un campo con iluminación, césped artificial y vestuarios.

En contraposición con lo que os acabo de relatar, este año contamos con el decidido apoyo de nuestro Ayuntamiento, lo que es de agradecer porque siempre no ha sido así. Lo normal, sobre todo al comienzo, era que las ayudas externas fuesen más bien pocas, al menos en los años que yo participé más activamente en su organización.

Pero yo tengo el encargo de pregonar las bondades de la Semana de Cultura Popular, y esta semana cuenta con actuaciones como la de la Banda de Música de Santa María de Benquerencia, festivales de Rock y de folk, Verbenas, representaciones teatrales, proyecciones de fotografía sobre la historia del barrio, un extenso programa deportivo y por supuesto fuegos artificiales.

Todo esto, como os decía, es posible gracias a las Instituciones que apoyan decididamente a la Asociación y a la Comisión Organizadora, pero sería injusto dejar de reconocer el esfuerzo que realizan los comerciantes del barrio apoyando esta semana de cultura, por ello, en mi nombre y en el de todos los miembros de la organización, les doy las gracias sabiendo que estos tiempos de crisis nos ponen a todos las cosas mucho más difíciles. Bueno a casi todos, porque algunos siempre salen ganando, en tiempos de bonanza o en tiempos de crisis, aunque es justo reconocer que de esos que siempre ganan pocos hay en Santa Bárbara.

Para concluir os diré que en estos 50 años de celebración de semana de cultura popular se ha combinado esta denominación con la de fiestas del barrio. El uso de diferentes nombres no ha cambiado ni el sentido ni el objetivo, que antes atribuía a esta semana que era fundamentalmente reivindicativa. Es un hecho que los toledanos utilizamos diferentes nombres para referirnos a una misma cosa, pero todos sabemos de que hablamos.

Así para referirnos a los autobuses los llamamos Katangas.

A las viviendas de Palomarejos las llamamos Corea.

A las primeras viviendas sociales del polígono Las Malvinas.

Y así para muchas otras cosas, lo cierto es que la Semana de Cultura Popular del barrio de Santa Bárbara, son unos días de convivencia, que mezclamos con falta de sueño, y horas dedicadas a lo festivo, cumpliendo con la denominación que emplea el diccionario una semana de cultura puede ser entendida como el Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social.

Sea como fuere, para la Semana de Cultura de este año debo animar a los toledanos, residentes en Santa Bárbara o fuera de ella, a que participen en las muchas actividades que se han organizado, y que se recogen en el programa y en el periódico de la Asociación.

Federico Muelas, era un poeta castellano-manchego nacido en Cuenca, que fue a dar un pregón navideño, muy extenso por cierto, tanto que al día siguiente un periódico local publicaba la siguiente noticia: “Impartió el pregón navideño el poeta Federico Muelas, para cuando terminó las pastoras eran ya abuelas”, y como no quiero que me suceda lo mismo, tengo que despedirme para no abusar de vuestra paciencia, que es lo correcto.

Amigas y amigos, la semana de Cultura del barrio de Santa Bárbara comienza, es vuestra y a todos toca disfrutarla y preservarla.

Muchas gracias por vuestra atención, buenas noches y feliz semana a todos.

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