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Los virus informáticos aumentan en 2003 y ponen en evidencia los numerosos fallos de Windows

La enfermedad del siglo XXI no la padecen los humanos. Cada año, nuevos virus informáticos se encargan de causar importantes trastornos a empresas y usuarios

MADRID. Este 2003 que acaba no pasará a la historia como el año en el que se consiguieron extinguir los virus informáticos. Lejos de lograrlo, los códigos maliciosos se han extendido por la Red en los últimos once meses con más profusión, si cabe, que en 2002. Mantener a salvo los datos almacenados en el ordenador se está convirtiendo poco menos que en un reto para los usuarios. Los antivirus, cortafuegos y otras innovaciones en seguridad son, para los hackers, obstáculos salvables que no suponen problema para propagar los destructivos virus.El número de alertas de virus que se han lanzado en los últimos tres años ha permanecido prácticamente inalterable, como refleja el informe elaborado por TrendLabs, la red mundial de investigación y soporte técnico de la empresa Trend Micro. Sin embargo, se puede observar una evolución en la forma de atacar. Inicialmente, el código malicioso se trasmitía por medio de disqueteras, archivos infectados que se enviaban a otras personas o que se encontraban almacenados en recursos de acceso compartido. Actualmente, los escritores de virus han descubierto una forma mucho más rápida de actuar, los envíos masivos, también llamados «gusanos», programas que hacen copias de sí mismos. A esto se suma que los hackers han encontrado la forma de utilizar el ancho de banda del propio usuario para difundir sus códigos infectados más rápido y en un radio mayor de acción.

Aprovechando las vulnerabilidades

De hecho, en el periodo comprendido entre 2001 y 2003, el cien por cien de las epidemias presentaron características propias de gusanos de Internet. Las vulnerabilidades de los sistemas han resultado un filón para los creadores de virus, para quienes no es difícil penetrar en servicios de publicación web como Internet Service de Microsoft o Apache y aprovechar estos agujeros para provocar la autoejecución de ficheros adjuntos a mensajes de correo. Precisamente por este motivo, se han introducido mejoras importantes en el filtrado de archivos adjuntos, pero aún así, sigue siendo el método de difusión más eficaz si se combina con un poco de ingeniería social para convencer a los usuarios.El resultado de este combinado es que la navegación por Internet en el último año ha sido, cuanto menos, accidentada. Los ataques de virus como Blaster, Sobig o Nachi, que se dejaron sentir sobre todo entre agosto y septiembre, pusieron en evidencia a Microsoft al revelar numerosos fallos de seguridad en sus programas. El primero en aparecer fue Blaster, que a través de un «agujero» en los sistemas operativos de Windows XP y Windows 2000, atacaba a la página desde la que los usuarios de Microsoft se descargaban los parches de seguridad. Este virus infectó a más de medio millón de ordenadores de todo el mundo, según la compañía de seguridad informática Symantec. Cuando los efectos de Blaster aún no se habían extinguido, la versión F del gusano informático Sobig comenzó a hacer de las suyas, enviando «spam» de manera anónima. Estos y otros virus causaron pérdidas a usuarios y empresas que la revista «Business Week» cifró en más de diez mil millones de dólares. Uno de los principales afectados, por lo menos en lo que a publicidad negativa se refiere, fue Microsoft, cuya indignación llegó a tal extremo que se enfundó el traje de policía dispuesto a ofrecer recompensas de hasta 250.000 dólares para quien le ayude a capturar a los autores de los virus. En esta línea y dispuesto a todo por pararles los pies a quienes boicotean su sistema operativo, Microsoft revelará por primera vez el código fuente de Windows a seis universidades japonesas que trabajan en las formas de detectar virus escondidos en el interior de correos electrónicos, según ha informado el rotativo nipón «Nihon Keizai Shimbun».

La importancia de la rapidez

El gigante informático reconoció a principios de diciembre que, pese a todo, los creadores de virus «hasta ahora se están saliendo con la suya, están ganando por un margen considerable». Con recompensas o sin ellas, lo que está claro es que si es difícil encontrar al creador del virus, más complicado aún es localizar el «agujero» del sistema antes que él. Los hackers cada vez son más rápidos y cuando las compañías descubren un fallo en su producto suele ser demasiado tarde.

¿Qué hacer contra estos ataques?

En España, la incidencia de los virus creció un 1,87 por ciento respecto a 2002, según el Centro de Alerta Temprana Antivirus (CAT). Además, el número de suscripciones a los servicios de informes diarios y alertas por mail ha aumentado un 373 por ciento, siendo las horas de más uso de cuatro de la tarde a once de la noche, que no sólo denota que los españoles están más concienciados de que hay que tener una actitud preventiva, sino que también significa que realizan las consultas desde casa, lo que evidencia su preocupación. Eso sí, el número de virus se incrementó en un 55,54 por ciento en los últimos once meses, cifra que llama la atención si la comparamos con el 1,87 por ciento de incidencia, que el CAT atribuye a que «los mecanismos de seguridad informática han calado en los internautas españoles». A todas luces, el número de virus crecerá el próximo año y toda precaución es poca para combatirlos.

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