Mundial de Balonmano 2015

Mundial de Qatar 2015 Qatar exprime al máximo a España

Día 22/01/2015 - 17.56h

La selección supera con dificultades a un conjunto qatarí creada a su imagen y semejanza y que le estudió al milímetro (28-25)

efe
Qatar
25
España
28

En el partido de los reencuentros, los recuerdos, las emociones, Valero Rivera hijo tuvo que llamar a Valero Rivera padre para un abrazo entre medias de la profesionalidad y el cariño. El progenitor dejó unas palabras en el oído del vástago y el pitido inicial puso fin a los sentimientos. En las gradas, los pasiones también afloraron sin presiones. Los aficionados contratados por Qatar tuvieron el día libre para que, sin dejar de animar, sus corazones volaran sin remordimientos hacia los colores que pintaran sus gargantas. Sus instrumentos, sin embargo, no descansaron y su color se mezcló con el blanco y granate y los cánticos de la tierra. Incluso apareció el "Que viva España" de Manolo Escobar para deleite de los desplazados al pabellón. Un Lusail Hall que no se llenó, y eso que la organización trata de evitar las calvas con colegios y obreros y trabajadores del pabellón a los que dejan pasar una vez empezado el encuentro.

Rivera, en el banquillo, no dejaba de pasearse, gritar, marcar jugadas, explicar estrategias. Cadenas comprendió que comenzaba el verdadero Mundial, por orgullo y porque definía los cruces definitivos, por lo que sacó a todo su arsenal desde el inicio: Aginagalde, Maqueda, Ugalde, Tomás, Cañellas, Rivera. Cosas del destino, fue Rivera hijo quien abrió el marcador ante el equipo de su padre. Las rebeldías del vástago. Hubo tanto respeto como conocimiento por parte de ambos equipos. Aginagalde estuvo encadenado entre la defensa y no tuvo ni una sola opción de disparar. Las defensas prevalecieron sobre los ataques, y el portero Saric, portero bosnio-qatarí para la ocasión, no fue el único que tenía trucos anti ataques españoles. Se los pasó a Stojanovic, que estuvo muy certero en las lecturas de los disparos de Ugalde, Rocas o Rivera.

Prueba de ello fue que a falta de cuatro minutos, un contragolpe de España se estrelló en el cuerpo del portero y Qatar logró ponerse por arriba en el marcador justo antes del descanso (10-8). El pabellón se volvió loco porque veía que su selección se levantaba ante la campeona del mundo y más aún, lograba tres goles de diferencia al inicio de la segunda mitad. España, que no empezó mal pero se atascó en los últimos minutos con el muro qatarí, se vio superada por un equipo creado a su imagen y semejanza. Tanto, que los extremos no pudieron sorprender y Maqueda consiguió soltar el brazo para marcar por primera vez a los diez minutos de la segunda parte.

A contracorriente, España se centró en la defensa y con ella se logró arañar un empate que no contentaba en absoluto a Manolo Cadenas, concentrado en los ataques, con la rodilla hincada en el suelo. Qatar no cedió y siguió a la caza de las exclusiones españoles, de los errores defensivos. No llegaron en los minutos importantes, y sí voló Tomás por el extremo para poner arriba a España a falta de cuatro minutos. Mucho tiempo ante una selección qatarí que los ha estudiado al milímetro. Fue la hora de Aginagalde desde el pivote, de Cañellas, de Maqueda desde el exterior, de Pérez de Vargas.

España, exigida al máximo, supera a su imagen y su semejanza.

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