la nada nadea

Qué se hicieron

En el lado atontado de la izquierda, por donde camina Pere Navarro, el hombre sin atributos, optaron por enfrentarse al error separatista de CiU con otro error

juan carlos girauta

LA voz «centralitat» designaba en Cataluña, con la imprecisión propia de la sociología o el marketing político, un espacio muy particular. La pieza clave era un caro artificio público al que, con impostura, llamaron «societat civil», estafa que ahogaba el surgimiento de cualquier manifestación cultural espontánea y crítica con el poder.

Durante muchos años, la opinión del buen catalán, del hombre de pro, de l’home com cal, era «centrada», o sea, un combinado CiU-PSC. No había prohombre, banquero local, gran empresario o periodista de corte que no defendiera, durante las crisis de los dos tripartitos, la sociovergencia. Aquellos dos partidos, que lo eran todo, habían representado durante décadas la versión casera del sentido de Estado y la responsabilidad, lo propio de quien ha ejercido el poder o puede ejercerlo en cualquier momento.

No está claro cuándo empezó la metamorfosis, qué día y por qué razón las dos formaciones de la centralidad empezaron a comportarse como partidillos necesitados de técnicas de agitación, efectos sorpresa, fabricación de factoides, obsesión por robar espacios mediáticos... ¡de los que ya disponían!

Desde el lado salvaje del nacionalismo, por donde pasean hoy los seguidores de Artur Mas, nuevo Gregorio Samsa, no se puede pedir lealtad al Estado sin sonrojo. Duran lo ha hecho, gritando en Madrid: «¡Desleales!» Y todos han recordado cómo sus ayuntamientos se avergüenzan de la bandera española, cómo su Rigau incumple las sentencias lingüísticas, cómo tapan al Rey con un trapo negro en las investiduras. Y la campaña del España nos roba, y el mantra del expolio.

En el lado atontado de la izquierda, por donde camina Pere Navarro, el hombre sin atributos, optaron por enfrentarse al error separatista de CiU con otro error: asumiendo la tesis central y mendaz del «derecho a decidir». Acaban de contraprogramar a Rubalcaba en el gran debate nacional pidiendo la abdicación del Rey. CiU y PSC menguan y menguan mientras los pequeñajos, lógicamente, se agigantan.

Qué se hicieron

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios