premio gabarrón de economía
«Nos guste o no, China es el ejemplo canónico de reducción de pobreza»
Su mentalidad práctica le ha convertido en un economista de referencia, en especial en la lucha contra la pobreza
Cuando Abhijit Banerjee era un estudiante universitario de Matemáticas en India , su país natal, un día se dio cuenta de que el tipo de vida asociado a esa profesión no era del todo de su agrado. Obligado a escoger una vía alternativa de estudio, el joven Banerjee se planteó las limitadas opciones disponibles. Una de ellas era la Economía , una disciplina a la que su padre y su madre se dedicaban profesionalmente como profesores universitarios. Banerjee optó por esa ciencia, aunque confiesa que no lo hizo desde el entendimiento de lo que implicaría esa decisión, sino como «una forma de solucionar un problema a corto plazo».
Esta mentalidad práctica es quizá la clave de que hoy Abhijit Banerjee (Calcuta, 1961) se haya convertido en un economista de referencia, en especial en la lucha contra la pobreza a partir de las herramientas de análisis que ofrece la Economía.
Banerjee, de trato afable y personalidad modesta, empezó a interesarse por la economía de la pobreza desde muy joven. A una edad temprana comenzó a preguntarse de forma inocente por qué muchas de las personas que lo rodeaban parecían ser perfectamente funcionales e inteligentes; pero a pesar de ello eran pobres. Durante toda su carrera, al tiempo que se doctoraba en Harvard, se convertía en catedrático del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) o cofundaba el Laboratorio de Acción contra la Pobreza Abdul Latif Jameel, Banerjee siguió formulándose esas mismas cuestiones. La diferencia es que ahora tenía la preparación para analizar la base de esas incógnitas y los recursos para poder plantear soluciones viables.
Gran parte de su aprendizaje a lo largo de los años está condensado en el libro «Poor Economics», un volumen escrito junto a la también profesora de MIT Esther Duflo, en el que ambos economistas demuestran la efectividad o nulidad de varias posibles soluciones contra la pobreza a través de modelos económicos basados en datos objetivos. Para Banerjee el gran logro de este libro ha sido «demostrar que el problema de la pobreza no es irresoluble».
«Responsabilidad de todos»
Para Banerjee, un error común que cometemos al hablar de pobreza es diferenciar el tipo de pobreza común en los países en vías de desarrollo con la que hay en el primer mundo. «Es responsabilidad de todos que haya una sola persona en el mundo que se encuentra en una situación que consideramos moralmente inaceptable, que haya una sola persona que muere de hambre», defiende Banerjee. Sin embargo, este economista señala una abismal diferencia entre la pobreza en uno y otro contexto. En el caso de los países en desarrollo , para Banerjee las razones de la pobreza pueden rastrearse hasta los fracasos del gobierno a la hora de gestionar sus recursos y entregar un nivel adecuado de servicios a su gente; mientras que en los países desarrollados, donde los recursos son abundantes, el mayor problema es «la ausencia de suficiente voluntad política para redistribuir la riqueza», algo que según este economista, se puede detectar, por ejemplo en Estados Unidos, en el absoluto rechazo que causa la idea de aumentar la carga impositiva de las grandes fortunas.
Entre los objetos actuales de estudio de Banerjee se encuentra China , un país que para él, es el «ejemplo canónico de reducción de la pobreza, nos guste o no». Tras esa clarificación se esconde la constatación de que China es un caso polémico. Donde unos economistas ven un modelo de crecimiento insostenible a largo plazo, entre otras razones porque implica la prosperidad de una élite política corrupta; otros ven a una China con capacidad para seguir creciendo al tiempo que caminar hacia una sociedad más abierta. Para Banerjee, el mayor quebradero de cabeza es «que no entendemos muy bien cuáles son potenciales vulnerabilidades a las que se enfrenta». Por ello, este economista confiesa que seguirá estudiando al gigante asiático, ya que cree firmemente en que debemos comprender su ejemplo.
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