Se extienden las matanzas étnicas en la guerra civil de Sudán del Sur

Solo en la ciudad de Juba testigos presenciales hablan del asesinato de 200 personas, en su mayoría de la etnia nuer, fusiladas por las fuerzas de seguridad .

Además, la ONU ha descubierto una fosa común en Bentiu en el estado de Unity, el más rico en petróleo, que contiene cerca de 75 cuerpos que se teme sean de la etnia dinka. «Se dice que hay al menos otras dos fosas comunes en Juba», denunció la responsable de derechos humanos de las Naciones Unidas, Navi Pillay en un comunicado.

La cifra oficial de muertos asciende a «miles de personas» , según señaló el jefe de la misión humanitaria de la ONU en el país. Los enfrentamientos comenzaron la semana pasada en la capital del país, Juba, desde donde se han extendido por el sur de Sudán, después de que los rebeldes leales al exvicepresidente Machar se apoderasen de las ciudades de Bor y Bentiu , al norte de la capital.

Sudán del Sur se convirtió en un país independiente en 2011 tras una cruenta guerra civil en el conjunto del estado sudanés, que se prolongó durante veintidós años y que provocó más de un millón de muertos. En apenas dos años, sin embargo, las nuevas autoridades políticas de Sudán del Sur se las han arreglado para que el recién creado país se sume a la lista de estados fallidos .

El conflicto se gestó como un simple enfrentamiento político entre el presidente y su exvicepresidente . Pero el creciente número de asesinatos por motivos étnicos hace temer que la guerra se esté escapando del control de los políticos que la provocaron. La sociedad sursudanesa está dividida en más de doscientas etnias , aunque los principales grupos son los nuer y los dinka. Las diferencias políticas a menudo tienen raíces étnicas, por lo que cualquier lucha por el poder no deja de exacerbar las divisiones tribales.

Sudán del Sur, además, tiene importantes yacimientos de petróleo que, una vez más, se han convertido en una maldición para el país . Al principio, el temor era que el nuevo estado cortase los suministros de crudo a Sudán del norte. Pero, en estos momentos, la perspectiva más preocupante es que los enfrentamientos se conviertan en una guerra entre etnias por el control de los yacimientos de crudo.

El presidente Kiir destituyó a su exvicepresidente Machar el pasado mes de julio, tras acusarle de planear un golpe de Estado . Machar se ha alzado en armas y controla ya algunas de las más importantes ciudades del país, pero niega que esté intentando tomar el poder. Ha aceptado entablar conversaciones con el presidente Kiir, pero insiste en que este debe dimitir de inmediato .

La ONU ha cifrado en 81.000 el número de personas desplazadas por el conflicto, pero teme quedarse corta y que la cifra no deje de aumentar en los próximos días. «El número estimado de personas desplazadas por la actual crisis asciende a 81.000», pero «dado el acceso limitado a los civiles fuera de los centros de población, esa cifra es probablemente mayor».