Lorena Berdún: «No soy ninguna intrusa en el mundo de la interpretación»
De sexóloga televisiva en «Dos rombos», a actriz en «Con dos tacones» la noche de los jueves en TVE-1. Lorena Berdún es desde hace una semana Cristina, una mujer sobradamente preparada, llena de ironía y con un serio problema: le gustan los hombres casados
-A usted le gusta hablar de las intimidades, pero a la hora de saber de usted es bastante reacia...
-Desde que me dedico al mundo de la televisión y aparezco en los medios, nunca me he negado a hablar con vosotros, pero con una salvedad, solamente hablo de mi trabajo. De mi vida privada no hablo nada. Eso solamente me pertenece a mí. Lo único que le puedo decir es que me siento muy contenta.
-¿Por qué tomó la decisión de dejar «Dos rombos» en pleno éxito?
-Mejor así. Son decisiones que se toman. Soy de la opinión de que cuando dejas algo estando en lo más alto lo considero un regalo para uno y para los que te siguen. Reconozco que no fue fácil tomar esa decisión tan drástica. «Dos rombos» era un programa, pese a las críticas, que estaba muy bien valorado, y personalmente me produjo muchas satisfacciones. Lo único que reconozco es que era un trabajo agotador y necesitaba descansar y tomarnos, tanto el programa como yo, un descanso.
-Y para romper con todo se mete a actriz...
-Soy de cambios drásticos. En principio, tras la experiencia de «Dos rombos» decidí tomarme unas vacaciones y descansar. Casualmente me hablaron de presentarme a una prueba, y aquí me tiene.
-¿Cómo afronta esta serie?
-Es evidente que con mucha ilusión. «Con dos tacones», al margen del elenco, que es estupendo, cuenta con unos guiones excelentes y disparatados. Además, hacer esta serie supone un doble reto para mí. Por un lado, significa adentrarme en el mundo de la interpretación; y por otro, trabajar en un género tan complicado como lo es la comedia.
-Eso es empezar complicándose la existencia.
-¡Sí, hija!, me van los retos. Son ganas de complicarme la vida y me encanta asumir riesgos. Nunca hay que cerrarse a nada.
-¿Qué pasa por la cabeza de una psicóloga para cambiar el chip y dedicarse a ser actriz?
-Soy psicóloga, sexóloga y actriz. Esto último no porque yo quiera, sino porque he estudiado arte dramático.No soy ninguna intrusa en el mundo de la interpretación ya que, como le digo, estoy preparada para ello. El devenir de los acontecimientos me ha ido llevando por distintos caminos, de los que he ido adquiriendo nuevas experiencias.
-¿Su faceta de psicóloga le va a ayudar para conocer el loco mundo de la interpretación?
-Por supuesto. También para conocer de una manera más especial a los personajes y afrontarlos de manera diferente.
-¿Se parece Cristina a usted?
-Sólo en que somos mujeres y las dos tenemos la misma profesión. Mi personaje, Cristina, tiene unos casos de juzgado de guardia; vamos, de los que aparecen en los tratados, pero raramente en la vida real. Son historias tan disparatadas como toda la serie.
-¿Qué tiene que decir a los que aseguran que esta producción de BocaBoca es la versión femenina de «Todos los hombres sois iguales»?
-Puede que sí. Aquí nosotros hablamos de nuestros defectos, pero tratados con mucho sentido del humor.
-¿Esta nueva faceta le va a hacer olvidar su labor de comunicadora?
-Todo lo que se hace en la vida va por etapas. Ahora estoy en la de actriz, no descarto volver dentro de algún tiempo a otra cosa o implicarme en otros retos. Siempre hay que estar a la que salta.
-¿Qué es lo que más le gusta de «Con dos tacones»?
-Esta serie es entretenimiento en estado puro.
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