Cien editoriales buscan lectores
El FAD organiza la exposición «Pequeños editores, grandes libros» y desvela las estrategias de resistencia más originales ante la ola «best-seller»
Recopilar lectores en Facebook para asegurarse las ventas incluso antes de abrir; promocionarse como «worst-seller» (peor vendido) para lograr el efecto contrario; o seguir la filosofía «on demand» vía internet (se imprime según la demanda). Todas ellas son estrategias válidas y efectivas para hacer frente a la embestida de las grandes editoriales que copan el mercado y eclipsan cualquier alternativa literaria, y son las que el FAD (Foment de les Arts Decoratives i del Disseny) exhibe desde hoy y hasta el 22 de enero en «Pequeños editores, grandes libros».
«Lograr más visibilidad, más presencia y descubrir nuevas editoriales». Bajo ese lema reivindica Rosa Llop, comisaria de la exposición, la existencia de este proyecto, que pretende dar voz no sólo a formidables escritores sino también a creativos emprendedores. Mario Muchnik es un buen ejemplo de ello, un pequeño editor que no sólo se encarga de los contenidos de sus publicaciones, sino que también traduce, ilustra y edita todas sus obras. Procedimiento que no impide que sus libros encuentren un lugar en las librerías, aunque nunca superen las 10 publicaciones al año —menos de una al mes—.
Redes de colaboración entre pequeñas empresas que comparten funciones y gastos, publicaciones digitales que exprimen hasta la última herramienta de la web o diseños exclusivos completan algunos de los métodos que el FAD protege con esta exposición. Entre las perlas literarias que se pueden consultar destaca la célebre serie «Los Soprano» según ilustres literatos, la enciclopedia ornitológica más completa del mundo o el llamado a ser «worst-seller» «Viaje al ojo de un caballo», de Carlos Jiménez-Arribas y editado por la modesta Artemisa Ediciones.
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