1-1: El Atlético entrega el partido con 0-1 y un un hombre más

El Atlético de Madrid desperdició una inmejorable oportunidad para mejorar sus estadísticas como visitante en la presente temporada, en un partido en el que tenía todo a su favor antes del descanso, con un marcador de 0-1 y un hombre más sobre el terreno de juego, pero en el que se vio superado por las ganas del Getafe.
El equipo azulón creció en la segunda parte para establecer la definitiva igualada, dirigida por la calidad del rumano Gica Craioveanu, ante un conjunto rojiblanco que, una vez más, ofreció una imagen nada convincente lejos del estadio Vicente Calderón.
Al igual que hace una semana en el derbi frente al Real Madrid, el Atlético imprimió un ritmo alto en el arranque del duelo ante un Getafe que tardó en asentarse sobre el terreno de juego y que entregaba constantemente el balón a los futbolistas rojiblancos.
De eso se benefició el conjunto visitante para fabricar unas cuantas ocasiones de gol en los minutos iniciales, pero ni Salvador Ballesta, con un cabezazo al que respondió con habilidad Sánchez Broto y con un tiro fallido, ni Fernando Torres, que erró ante la salida del guardameta local tras marcharse de Nano, aprovecharon las primera debilidades de la zaga getafense.
Poco más duró el dominio del Atlético de Madrid, que se diluyó con el paso de los minutos y permitió crecer al Getafe, más centrado en un encuentro en el que, con sólo replegarse a la salida del balón de su rival, le bastó para solucionar sus inquietudes defensivas superado el primer cuarto de hora de partido.
Con las limitaciones creativas de Peter Luccin y Marcelo Sosa en el centro del campo rojiblanco, el conjunto azulón se sintió más cómodo atrás, pero apenas llegó con claridad sobre la portería visitante, donde un puñado de acciones a balón parado de Gica Craioveanu y un error de Leo Franco resumieron las preocupaciones del Atlético en la primera parte.
César Ferrando, entrenador visitante, pronto observó los problemas de su equipo para mover la pelota con la rapidez y las ideas necesarias ante el repliegue del Getafe, por lo que envió a la ducha a Sosa e introdujo en el terreno de juego a Jorge Larena.
Su entrada en la derecha, con el desplazamiento de Ibagaza al medio centro, no cambió el rumbo futbolístico de su conjunto, aunque sí significó sólo un minuto después el 0-1, en una acción con tres remates rojiblancos: Fernando Torres se encontró con Sánchez Broto, que respondió con una sobresaliente intervención al posterior tiro de Salva, pero que no pudo detener el disparo final de Jorge.
Sin demasiado brillo, el Atlético vencía 0-1. Y, antes del descanso, afrontaba el duelo con mucha más claridad, después de la rigurosa expulsión por doble amarilla del lateral derecho Rubén Pulido en el tiempo de descuento de la primera mitad.
Aún así, el conjunto rojiblanco sufrió a la salida del vestuario ante un rival en el que las ganas de Sergio Pachón, que entró en el descanso en sustitución de Michel, y el talento de Gica Craioveanu aumentaron las dudas sobre el desenlace final del choque.
El rumano, como siempre, fue el alma ofensiva del Getafe. Lo demostró con un preciso lanzamiento de falta que se estrelló contra el poste de la portería visitante, en la que Leo Franco vio la colocada trayectoria del balón sin capacidad de respuesta.
El Atlético, unos minutos después, pagó su excesiva relajación en una perfecta combinación del Getafe, que partió desde el portero, la controló la defensa, pasó por el centro del campo y llegó a la banda izquierda, desde donde Riki puso un pase medido a Pachón, que culminó la jugada con el 1-1. Un golazo.
El empate no mejoró la imagen del conjunto rojiblanco, condenado a pases imprecisos, sin la profundidad necesaria para pensar en una mínima ocasión clara de gol y que sólo apretó algo más en los instantes finales ante un Getafe que incluso soñó con el 2-1 en una ocasión de Vivar Dorado (1-1).
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