La mayoría de las empresas no sabe cómo proteger su información vital
La mayoría aún no lo sabe, y los que lo saben no le prestan la debida atención. Las empresas dependen de sus ordenadores. Cualquier parón puede significar cuantiosas pérdidas, incluso la ruina. Pero existen maneras de evitar la catástrofe. Proteger los datos es, cada vez más, una obligación.
MADRID. «La información, hoy, es el principal activo de una empresa». Una frase sencilla, repetida ya hasta la saciedad, pero que en boca de Hassan Kalantari, director general de Uniway, parece recuperar la profundidad y el significado que, de tanto oírla, ya nadie parece atribuirle. Sin embargo, para cualquiera que le dedique un minuto, la cuestión adquiere rápidamente su dimensión justa.
Hoy, tanto los procesos de producción como de distribución, almacenaje o venta dependen en gran medida de ordenadores que, según las directrices de programas específicos, reciben información de varios departamentos, la digieren, la canalizan y generan automáticamente el paso siguiente de la cadena de actividad. El trabajo físico de muchos millones de personas depende directamente del buen funcionamiento de los ordenadores de su empresa.
Una conocida marca de bebidas que hace poco sufrió un corte en el suministro eléctrico de sus instalaciones vio cómo sus más de mil empleados no sabían, literalmente, qué hacer, y se quedaban mano sobre mano mientras que la flota de camiones al completo permanecía parada en los muelles de carga, sin instrucciones sobre qué transportar o adónde debían realizar sus desplazamientos. Un simple botón de muestra para ilustrar una situación que aún nadie se ha atrevido a cuantificar, pero que supone la pérdida de muchos millones de euros cada año.
Asegurar el futuro
Sin embargo, y a pesar de lo crítica que puede llegar a ser una pérdida de datos para la continuidad de su actividad, aún son pocas las empresas que se deciden, protegiendo su información, a dar el paso de asegurar firmemente su futuro. Las maneras de conseguirlo pasan por un completo abanico de posibilidades. Desde una simple copia de seguridad en la propia empresa a la contratación de auténticos especialistas, capaces de duplicar y recuperar cuando sea necesario toda la información vital, sin importar el motivo que haya causado el parón involuntario. Mala gestión de los datos, sabotaje, inundaciones, incendios o cortes de suministro eléctrico se encuentran entre las causas más comunes.
Hassan Kalantari es uno de estos especialistas, y conoce muy bien la manera de evitar que una empresa se paralice. En Uniway, la compañía que dirige, «los datos están más seguros que el dinero en un banco». Muros de hormigón armado, detectores de movimiento, cámaras perimetrales, controles de acceso y dispositivos de reconocimiento biométrico defienden el «tesoro» de posibles agresiones físicas desde el exterior. Potentes cortafuegos y otros programas protectores de datos vigilan las «entradas electrónicas», dejándolas fuera del alcance de hackers, crackers, sniffers o cualquier otra modalidad de piratas informáticos. Sistemas duplicados de alimentación eléctrica ininterrumpida, además de grupos electrógenos de reserva y sistemas especializados de climatización con redundancia, hacen casi imposible una pérdida de datos por un corte en el suministro eléctrico. Los materiales de construcción ignífugos, la sectorización de zonas con cortafuegos, el doble sistema de alarma y detección de humo y calor, hacen de su centro de datos una auténtica fortaleza a prueba de incendios.
Por último, la continuidad en las comunicaciones, otra de las cuestiones críticas para el mantenimiento de la actividad empresarial, está garantizada por conexiones con varios operadores mediante líneas de alta capacidad, así como por redes internas para voz y datos y sistemas de fibra óptica de última generación.
Dentro de fortines como este, la información fluye segura, no importa lo que suceda en el exterior. Evidentemente, es del todo imposible que todas las empresas puedan disponer de unas instalaciones parecidas. «Cada vez más -explica Hassan Kalantari- las empresas necesitan disponer de un «plan de contingencia», que consiste, por un lado, en determinar qué información resulta vital para la supervivencia de la empresa y por otro, una vez identificada esa información, en adoptar las medidas necesarias para mantenerla a salvo. Aquí, en estas instalaciones, nosotros mantenemos intacta la información vital de muchas empresas, de modo que sus actividades diarias puedan continuar incluso si sus oficinas centrales están inutilizadas».
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