EVOCACIONES
Obras de I. Albéniz-C. Halffter y L. van Beethoven. Intérpretes: Orquesta Sinfónica de Madrid. Dir: Rafael Frühbeck de Burgos. Solistas: A. Weber, soprano; M. Pardo, Mezzosoprano; G. Peña, tenor; y R. Holzer, bajo. Coro de la Sinfónica (Dir: J. Casas Bayer). Audiotorio de Madrid. 30-XII-2004
El tradicional Concierto Extraordinario de Navidad se celebró con el lleno de la Sala Sinfónica del Auditorio, aplaudidor entusiasta de la Orquesta Sinfónica de Madrid, organizadora dentro de sus conmemoraciones centenarias. Volvieron a colaborar el Coro hermano que dirige Jordi Casas y la prestigiosa batuta de Rafael Frühbeck de Burgos que es su habitual timón interpretativo en la efeméride, en una sesión que significaba esa garantía indudable de mando seguro en una versión más de «la Novena», de Beethoven. Del total de las quince sesiones, once le han tenido como principal intérprete y el público, en gesto elocuente y muy hermoso, le sigue y festeja en esa traducción beethoveniana que, huelga decirlo, se podría destacar por la holgura máxima en las exigencias a los conjuntos instrumentales y corales, volcados en respuesta más cabal que totaliza una labor con verdad extraordinaria. La firmeza en las entradas del coro, despareciendo el consabido temor del oyente, o el preciosismo del trabajo contrapuntístico del tercer tiempo, no pueden olvidarse en esta nota.
Precediendo a la «Sinfonía núm. 9, Op. 125, «Coral»», de Beethoven, agradezcamos el esfuerzo que supuso para los profesores de la Sinfónica de Madrid el estreno del encargo formulado a Cristóbal Halffter que condujo a la orquestación del último de los doce números que el gran Isaac Albéniz dejó incluidos en su genial Suite «Iberia». Sorprende el trabajo halffteriano por un notorio afán dirigido a obtener el trasplante piano-orquesta, sin olvidar el teclado original, algo que siempre estimé como necesarísimo su sesudo conocimiento o la colaboración del pianista capaz del consejo; intuyo que Marita Caro, la esposa del compositor y pianista inteligente, pudo hacerlo en razón de que éste será el principal relieve de la «Eritaña» albeniziana llevada a la orquesta por Cristóbal Halffter, en un brillante trabajo de orfebre y maestro que, tengo la seguridad, pasará a incrementar una ya no parca serie de estos tan delicados esfuerzos. El transcriptor participó del triunfo habido.
La gran jornada contó con el cuadro solista de «la Novena» -Weber, Pardo, Peña y Holzer-, los cuatro capaces de elevar el nivel de una excelente interpretación de Frühbeck de Burgos a la cabeza, capaz de llevar de memoria el estreno de la «Eritaña» que Albéniz dictó para su genial piano y que, ahora, gracias a Cristóbal Halffter, pasa a enriquecer el mejor sinfonismo español.
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