Poxao: «Marejada en Nervión»
“Mezclan clásicos con una combinación de ingredientes que cuanto menos es arriesgada con los típicos platos que casi todos los gastrobares tienen en sus menús”
Frente a Nervión Plaza, en una ubicación privilegiada, se encuentra Poxao, un nuevo restaurante que define su propuesta como ‘cocina actual’.
El local está divido en dos plantas, con una pequeña terraza en la calle Luis de Morales. La planta baja la ocupan la barra ... y mesas altas. Arriba un comedor al uso donde disfrutar más distendidamente de la comida. Una decoración muy ‘posh’, quizás algo cursi. Mesas de piedra negra combinan con los colores neutros como el rosa y el verde de sus paredes y sus sillones tapizados.
Una carta apetecible, con una veintena de platos. Mezclan clásicos con una combinación de ingredientes que cuanto menos es arriesgada con los típicos platos que casi todos los gastrobares tienen en sus menús. La bodega, en reconstrucción, ofrece muchas referencias de las que ese día no disponían.
La comida empieza con una ensaladilla, en esta ocasión de anchoas, aceituna negra, cebolla caramelizada y alcaparra. El dulzor que aporta la cebolla se hace demasiado protagonista del plato y no deja apreciar unas anchoas que pasan totalmente desapercibidas. Sigue un salmorejo de cereza con quisquilla, queso feta y tirabeques. La sopa fría está muy pasada de cerezas. Se vuelve a encontrar un dulzor desmedido en una elaboración que podría ser casi más de un postre. El restaurante recomienda la tosta de atún rojo salvaje, crema de queso trufado, tomate seco y albahaca. La crema de queso trufado se lleva el protagonismo por encima de la materia prima, que es el atún rojo. El brioche de vaca madurada con huevo de codorniz era un plato goloso, fácil, aunque aporta poca novedad. De plato principal, una pequeña chuleta de unos 600 gramos, madurada durante unos 50 días. No preguntaron el punto de la carne y la trajeron algo pasada, una pena ya que la calidad de la misma era buena, pero impide disfrutarla plenamente. Para terminar, errores logísticos del propio restaurante impidieron que se pudiera probar la tarta de chocolate, así que trajeron la tarta de queso payoyo. Magnífica en esta ocasión, el sabor del queso gaditano está muy bien contenido y tiene una textura extraordinaria.
Una propuesta que tiene potencial, pero pequeños fallos que se suman en cadena hacen que la experiencia baje enteros. La cocina mejoraría corrigiendo el desmedido dulzor de algunos de sus platos o si revisaran alguna combinación de ingredientes muy arriesgada.
- Abierto los domingos
- Barra para tapear
- Comida de negocios
- Disfrutar de un buen vino
- Ir en grupo
Comida
2/5Servicio
2/5Ambiente
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