La Malcontenta: «Barriga llena, corazón contento»

Los hermanos Chamorro son sus responsables. Miguel Angel y José Manuel , decidieron renovar el negocio familiar que había regentado su padre para convertir La Taberna de Pepe en lo que es hoy. Un local de diseño bastante rompedor con una barra de madera en curva, una decoración moderna, alejada de los cánones habituales en lugares de corte clásico.

Miguel Angel es el encargado de la sala, quien nos acompaña a una de las mesas y se encargar de detallarnos las sugerencias de la casa. La carta no es muy extensa, pero se encuentran opciones interesantes , de hecho, si se explora un poco se ve cierta influencia de recetas de grandes cocineros en varias de sus elaboraciones.

Comenzamos con una atrevida ensaladilla con una fina capa de azúcar caramelizada y tartar de atún de rojo . Este toque dulce en una ensaladilla ya lo probé en un restaurante del chef triestrellado Quique Dacosta y aunque es verdad que en ninguno de los dos casos me entusiasmó, creo que en esta ocasión funciona mejor por el contrapunto que le dan los encurtidos que lleva el mismo tartar.

En cambio, el steak tartar de chuleta con croissant a modo de tosta y una mahonesa de kimchi fue un gran plato, la grasa del corte le daba una melosidad muy especial. Seguimos con un clásico de la casa, los gambones al ajillo , en los que realmente el ajillo es un pilpil donde luego cocinan el marisco, muy bueno también.

Llegando a los platos más contundentes nos proponen unos cortes de la cabeza del atún rojo confitados en manteca ‘colorá’ sobre migas, realmente conseguida la cocción del pescado, aunque quizás sea un plato excesivamente graso. Notable la espaldilla de ternera que cocinan durante más de dos días a baja temperatura.

El almuerzo termina con unos postres preparados y envasados asesorados por el pastelero sevillano Manu Jara. El primero de Mascarpone con dulce de leche, coulis de frambuesa y cookies, y el segundo, un cremoso de chocolate con crema de Baileys y bombón, ambos bastante buenos y originales.

Cerramos una sorprendente comida en La Malcontenta con un buen sabor de boca. El trabajo de los hermanos Chamorro se refleja en mesa y esa inquietud que tienen a la hora de crear nuevos platos es un soplo de aire fresco.