Bar Goya: «Raíces»
El complemento perfecto para una jornada de cultura y gastronomía por una de las ciudades con más historia de Andalucía
Recomendado
Enrique Pérez
Darse una vuelta por Carmona es una gozada . Pasear y encontrarse en cualquiera de sus rincones un trocito de vida marcado en piedra que cuenta más de mil años de historia.
Una solera de la que también bebe la gastronomía local ya que ... Carmona cuenta con una oferta culinaria con un marcado carácter tradicionalista , en la que la mayoría de establecimientos reinterpretan con solvencia el recetario andaluz.
Hoy nos dirigimos al Bar Goya, uno de los representantes de este recetario más visitado por la gente local y donde el tapeo es el uso común.
Este bar se encuentra situado en la Plaza de Arriba y ocupa desde 1935 la planta baja de un imponente edificio del siglo XVI con fachada de inspiración árabe.
En su interior se respeta fielmente la arquitectura de la construcción con sus techos de madera, paredes encaladas y arcos de ladrillos vistos, que hacen de este establecimiento un espacio muy acogedor y con un servicio de sala con muy buenas maneras.
Nosotros comenzamos con una ensaladilla de langostinos servida al desprecio y no excesivamente fría (como debe de ser), muy cremosa y con buen equilibrio entre patata y mayonesa.
Seguimos con unas pavías de bacala o en las que el punto de fritura era acertado, pero una lástima su rebozado que se desprendía dejando una textura poco agradable.
Después de esta bajada resurgimos cual ave fénix con una de las tapas que si se encuentran en carta no pueden dejar de probar, los riñones al jerez , una elaboración que a priori puede resultar fácil pero que guarda un gran trabajo previo de limpieza.
En este caso fue un acierto: unos riñones tersos con una excelente salsa trabada que mojaba a un fondo de patatas fritas que te creaban un dilema de elección entre el riñón y la patata.
Continuamos tirando de tradición con el rabo de toro , elaborado con una carne tierna y melosa que se desprendía sola del hueso.
Para terminar la parte salada de esta cena n os decantamos por unos lagartitos ibéricos , un corte del cerdo ibérico de la zona entre las costillas y el lomo que normalmente era utilizado para embutidos, pero que ahora es muy demandado gracias a su jugosidad.
En este caso el lagarto tenía un excelente punto de parrilla no excesivamente hecho - como es común encontrarlo -, un bocado tierno y muy jugoso.
No nos podíamos ir del Goya sin probar algunos de sus postres: la tarta de calabaza elaborada al estilo centroeuropeo alternando láminas de bizcocho y buttercream estaba muy buena y no excesivamente dulce.
Sin duda el Bar Goya es el complemento perfecto para una jornada de cultura y gastronomía por una de las ciudades con más historia de Andalucía.
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