Atlántica: «Nervión tiene otra barra»

Y eso lo decimos porque en Atlántica no sólo tiene una barra apetecible, sino que tiene un comedor muy bien montado de tal forma que puedes pasar de un ambiente a otro sin despeinarte y en menos que canta un gallo.

También tienen unas mesas fuera , en unos veladores cuidados, pero algo ruidosos por culpa de la avenida y cuyo servicio deberían cuidar un poco más. Aunque no sabemos si es más ruidoso el interior. Tendrán que terminar poniendo materiales de esos que absorben el ruido aún a costa de la intachable decoración. Porque enseñarnos a no gritar se me antoja más complicado.

Pero volvamos a lo importante: la comida. Aquí se come estupendamente. El origen del restaurante, cuyo propietario tiene una distribuidora de pescados y mariscos hace que la materia prima principal esté muy bien cuidada y que sean generosos en su dosificación. De esta manera, el maravilloso y refrescante cóctel de gambas debe ser el único del mundo en que priman las mismas sobre la lechuga. Una de esas tapas en extinción que tiene que volver a más barras.

El arroz marinero, bien sabroso y una vez más con una excelente proporción de langostinos, como ocurre con los deliciosos langostinos con tomate , que además vienen rematados con un huevo frito. Estos tres platos citados son generosos y están en el entorno de los cinco euros.

Entrando en medias o raciones probamos un fresquísimo, contundente y bien frito calamar de potera -hay frituras especiales también para celíacos- y una ventresca al amontillado, cubierta con patatas y cebollas. Con todo, lo que más nos gustó de la visita fueron las cigalitas en tempura sobre crema de piquillo : cremosas, sabrosas, y estupendamente combinadas. Mucho más ligeras y delicadas que la pavía de carabinero que también probamos. Por supuesto, excelentes las gambas coc idas y reseñables las huevas a la plancha.

En definitiva, que e stamos deseando que llegue la Navidad para ir de compras a El Corte Inglés y hacer paradas técnicas en Atlántica y así seguir probando esta carta -que cambia con la información que tienen de la lonja la noche anterior- bien en formato tapa, media o ración.