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Bar Cervecería Akela

La soleá de la gamba al ajillo

Lo cierto es que si algo ha perdido Sevilla son sus aromas. El olor a café tostado de la fábrica de Catunambú o el de la cebada fermentada de la antigua fábrica de Cruzcampo de la avenida Luis Montoto han pasado a formar parte de ... la memoria pituitaria de los sevillanos de la capital desde que ambas empresas mudaran sus instalaciones al extrarradio. El otro día leí que dos hermanos de Dos Hermanas -o no recuerdo si era al revés- habían inventado un ambientador, valga la redundancia, con olor a incienso. ¡Para que digan que en Sevilla no tenemos tecnología de I+D+i ! Ni Abengoa, ni CASA, ni nada. Imagino que lo siguiente será una mezcla de orín de caballo, boñiga del mismo autor, zotal y rebujito: Ya huele a feria. O un perfume con olor a boquerones fritos aliñaos: Eau de Adobo. Unas gotas detrás de la oreja y ya puede usted dejar su casa como si fuera el Blanco Cerrillo de la calle Velázquez.

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