Morancho, una brasería con el sello de La Bernarda en Valencina de la Concepción

¿Quién lo ha montado? Detrás de este nuevo proyecto está el Grupo Bernalia. Una sociedad de hosteleros y empresarios con una dilatada experiencia en la hostelería sevillana, que cuenta con numerosos locales en la capital, como La Bernarda Slow Bar , Lobo Rojo, Artillería Restaurante y las cervecerías Tritón.

¿Cuál es su concepto? Su propuesta gastronómica está centrada en las carnes a la brasa, c on especial atención a las ibéricas , y en los arroces, que preparan de numerosas formas.

De momento solo abren de jueves a domingo , por lo que están pensado para disfrutar los fines de semana.

Además de comer y cenar, también se pueden disfrutar actuaciones de música en directo , contando con grupos de jazz que amenizan las noches de los viernes, y grupos de flamenco los sábados durante el día.

Por sus grandes dimensiones, es un lugar ideal para disfrutar en familia o con grandes grupos , para organizar celebraciones y para saborear su terraza desde el primer aperitivo hasta las copas de por la tarde.

¿Quién está a cargo de la carta? La cocina está en manos de Nacho Segura , un cocinero malagueño criado en Sevilla con más de 23 años de experiencia en el arte de los fogones.

Antiguo alumno de La Taberna del Alabardero, tras cursar sus estudios de cocina, trabajó en varios restaurantes de prestigio , como el desaparecido elBulli o Tragabuches, así como realizó un máster con Martin Berasategui en su restaurante Guggenheim de Bilbao.

Hace cinco años volvió a Sevilla y ahora es el encargado de liderar la cocina de Morancho.

¿Qué hay en la carta? Ofrece una propuesta muy variada , donde tienen cabida desde ensaladas, chacinas y productos de abacería, y frituras, hasta a guisos, arroces y por supuesto, una nutrida oferta de carnes a la brasa.

En su aparto de entrantes calientes se pueden disfrutar de hasta cuatro tipos de croquetas caseras (de puchero, jamón ibérico, pato y gambones al ajillo), medias o raciones completas de pescaíto frito, con bacalao, rosada o adobo.

La carta continúa con la sección «del gallinero» , donde ofrecen platos de huevos rotos con gambones, huevos fritos con patatas bastón, pimientos y chistorra, o con jamón ibérico, entre otros.

¿Qué más hay? La segunda mitad de su propuesta son los platos de arroz y los guisos más contundentes.

En este epígrafe de la carta encontrarás hasta cinco tipos de arroces (ibérico en paella, a banda, negro con calamares y langostinos, caldoso de rape y mejillones, y caldoso de pollo), y platos de cocina tradicional , como la carrillera ibérica al palo cortao o la cola de toro a la cordobesa.

¿Qué carnes tienen? De sus brasas salen todo tipo de piezas, razas y cortes para satisfacer cualquier apetito, contando con un epígrafe para cada tipo de carne.

Solomillo, secreto, presa, pluma o churrasco de aguja de cerdo ibérico. Presa, pluma y secreto de cerdo Duroc . Lomo alto y bajo de ternera retinta, así como chuletón, solomillo y hamburguesa de Angus.

La propuesta carnívora se complementa con las aves, ofreciendo pechuga y churrasco de pollo , así como pechuga empanada, que acompañan, como en todas sus piezas, de patatas y pimientos del padrón fritos.

¿Y de postre? Para endulzar la sobremesa han preparado una suculenta propuesta de postres caseros que será el broche perfecto para cualquier almuerzo.

Empezando por una «Devil food cake», como llaman a su tarta americana de chocolate, y continuando con tarta de manzana, helado de nata cremoso con sirope de kit-kat y tarta cremosa de queso.

El apartado dulce se completa con dos de sus postres estrella; brownie de chocolate con helado de vainilla y su torrija, también acompañada con este helado.

¿Cómo son los espacios? Si algo llama la atención de Morancho Brasseria es la amplitud del terreno y la cantidad de mesas que acoge, ofreciendo una capacidad total de 350 personas entre todos los espacios.

La finca ocupa más de 30.000 metros cuadrados , donde se encuentran el restaurante principal, un salón de celebraciones y una espaciosa terraza, con barra exterior, sombrillas y césped artificial para disfrutar los días de sol.

Rodeado de naturaleza, el ambiente es totalmente rústico y a pesar de las dimensiones, ofrece una sensación acogedora. La zona interior es una choza de madera de estilo marismeño y una decoración acorde: mesas y sillas de madera, manteles de cuadros y una cálida chimenea para los meses más fríos del año.