Tres14: «Tapeo sugerente en Torremolinos»

Lejos del ruido y de las zonas de influencia gastronómica, en este pequeño rincón del tapeo luce la cocina libre de Eric Guibet, basada en aportar personalidad e inventiva sobre platos tradicionales

La ensaladilla de Tres14 «Cremosa, atemperada, receta clásica sin adornos que maquillen el sabor» J.M.

Málaga

13/03/2025 a las 10:42h.

Vaya por delante la honestidad de que esta crítica surge hoy como reacción a la saturación de guías de moda e influencers recomendando en bucle y en las plataformas de moda los mismos lugares. En un afán por escapar de esa previsible rutina, nos vamos ... hasta el Tres14, en Torremolinos. Un oasis donde tapear con gusto dentro de una carta libre, dinámica y valiente donde el buen gusto del francés Eric Guibet preside sugerentes platos.

El riesgo motea la historia de este establecimiento, que un par de años atrás se hizo famoso por ese quíntuple y simbólico descuento que aplica en todos los tiques (y que aún se mantienen) en conceptos de amabilidad, generosidad, paciencia, sonrisa y por recomendarlos (un céntimo por cada uno de ellos). De hecho, abrió poco antes de la pandemia. Pero, decíamos, va en su leitmotiv, que concretamente es el de combinar tradición con un toque de inventiva personal. Si ha sobrevivido, además sin estar ubicado en una zona de especial tránsito o cultura gastronómica, ha sido por ese sello y por precios accesibles.

Todo lugar de tapeo o raciones que se precie debe pasar el test de la ensaladilla rusa. Tres14 lo hace con nota. Cremosa, atemperada, receta clásica sin adornos que maquillen el sabor. Muy apetecible.

En las croquetas podemos pulsar el riesgo calculado de Eric, algo que solo puede hacerse desde la convicción o la inconsciencia. En su caso, queda claro que responde a la primera opción. Solo así se puede conseguir integrar en la bechamel sabores como el pollo al ajillo que probamos allí. Más que sorprendentes, cada semana va apostando por distintas opciones (célebres son las de cecina).

En este coqueto local podemos encontrar mezclas como un gazpachuelo de pintarroja muy bien equilibrado en textura y sabores. Un adalid de las continuas sorpresas fuera de carta por las que hay que apostar sí o sí. Y si hay que ir a por un must de su carta, recientemente renovada para ofrecer raciones más consistentes, no pueden faltar los buñuelos de queso de cabra y miel.

Lo de siempre con otra mirada, eso ha ocurrido constantemente en sus 5 años de vida. Como en sus anchoas a la putanesca; los berberechos en salsa de jalapeños; la minichapata de carrillada guisada con alioli de miel de ajo negro o en sus huevos rotos con mojama.

También quedan sorpresas a la hora del postre. Amén de una tarta de queso que empezó a hacerle famoso en la zona, uno se puede encontrar bendiciones como su crema de limón aderezada de granizada de hierbabuena y mascarpone.