Málaga

Asador Iñaki, el centro comercial de las brasas

Se ha consolidado como uno de los templos gastronómicos de la ciudad. Su parrilla marca la pauta con una convincente oferta de carnes y un pulpo que suele entusiasmar a los comensales

Rubia gallega, una de las opciones de Asador Iñaki.

24/01/2024
Actualizado a las 21:04h.

Una década logrando mantener las puertas abiertas no es suficiente para convertirte en faro gastronómico de la ciudad. Asador Iñaki ha mostrado evolución y calidad en el producto para hacerse con un incuestionable hueco en el boca a boca de Málaga. ... Poco avezado está en la gastronomía autóctona ya no quien no haya ido, sino quien no haya repetido.

De aquel templo de la carne en 50 metros de Héroes de Sostoa, con lo mejor y lo peor de los locales coquetos y apenas el marketing del gran producto, se mudaron a su actual gran espacio en calle Ayala . Un lugar que recuerda a un centro comercial, por concurrido, voluminoso y porque, pese al gran reclamo de las brasas , cualquiera puede sentirse más que a gusto comiendo merced a su vasta oferta. Y que ha desarrollado más tentáculos con La Despensa de Iñaki , reconversión del viejo local a una abacería más gurmé ; amén de cursos formativos y catas.

Asador Iñaki nos parece un sitio de fuertes luces y algunas sombras, ambas con la misma raíz: su expansión. La variedad y calidad de su oferta en la carne es uno de sus grandes focos . Más autóctonos, como el chivo, la ternera retinta o el rabo de toro ; catálogo nacional con la rubia gallega, el cochinillo o el buey ; y grandes piezas foráneas, tal es el caso del Waygu o vaca Ayrshire . Podemos hablar muy favorablemente del solomillo de rubia gallega , óptimo de maduración y en su punto tricolor, o el jugoso chivo de Canillas . Ah, importante: cocidas, fritas o asadas, las patatas están a la altura como aderezo.

En esas brasas conviven también los cientos de pulpos que salen al día por su alta demanda entre su parroquia fiel: el gusto de la leña de encina le confiere un toque especial que lo convierten en uno de los ‘must’ de Asador Iñaki.

Decíamos que se puede encontrar de todo y la carta puede llegar a marear , de hecho. Una buena remesa de entrantes pone difícil la elección (bendito problema) de con qué abrir boca. Las gambas (de Huelva) son siempre un acierto, aunque invitamos a probar opciones algo más diferentes, como el tataki de vaca madurada y soja (buen sabor, mejorable presentación), o unos criollos que se sirven con una salsa casera de champiñones . Huerta, ensalada, chacinas… el abanico de posibilidades es seductor.

Criollos con salsa casera de champiñones.

Y si es potente la oferta cárnica, también la que viene del mar, donde sobresalen el atún en escabeche y el besugo (por encargo). Algo frío nos dejó el bogavante a la parrilla , correcto sin más para el tipo de producto que es, y una salsa de mantequilla y alcaparras y una presentación arcaica que no le echan un cable. Ante tanta opción, quizá lanzarse a por uno de sus 3 menús pueda ser una buena elección para el comensal indeciso.

Pero crecer en volumen también implica riesgos que se evidencian en sala . Hay mesas demasiado comprimidas que en días de mucho trajín crean una acústica demasiado elevada, incluso algún problema con la extracción de humo . Se echa en falta comer de manera más holgada en varias de las zonas de la sala, incluso se puede producir un exceso de cercanía de los camareros. La recepción de los clientes en los accesos es eficazmente gestionada.

La bodega resulta un alarde de profundidad. Unas 200 referencias se ponen a disposición del usuario más profano (hay unas 20 opciones diferentes al día para el copeo ) y para el más prémium. Su bartender para cócteles con los que empezar la velada lo consignamos como otro punto a favor.

La carta de postres , sucinta y tradicional más allá del brownie (decente) y el coulant , se destaca especialmente desde su versión de la tarta vasca (Gotxua) , aunque contundente tras una experiencia que por norma en Iñaki es copiosa.