Autenticidad y tipismo gastronómico: Un recorrido fascinante por la cocina tradicional cordobesa y por sus vinos

La cocina recae en manos de Carmen Pozo , que elabora platos tradicionales del recetario cordobés , puestos al día con gusto y maneja buen producto. Para empezar, excelentes chacinas del Valle de Los Pedroches –chorizo, salchichón y jamón–, un queso manchego de Tomelloso irreprochable y “el aperitivo de los pobres”, unas superlativas patatas fritas de San Nicasio . Muy pocas hay mejores. Todo ello pensado para acompañar esos magníficos finos cordobeses que tan buen aperitivo conforman.

Para continuar, un salmorejo notable, potente de ajo, y una muy interesante versión de la mazamorra con un hummus con miel de caña . Entre los platos calientes, magníficas alcachofas confitadas con jamón y salmorejo en temporada , a las que sólo les sobra el dulce de la reducción de PX y una carne (secreto ibérico) con tomate , excelente.

Para concluir es ineludible el rabo de vaca con papas a lo pobre , un guiso magnífico y esa tarta de queso con arrope de Toro Albalá , suculenta y golosa.

Merece especial atención y consideración la oferta enológica, singular y diferenciada , donde Alejandro Fernández  –a cargo de la sala y los vinos– vuelca toda su pasión en una oferta de copas y botellas sin parangón. Una espectacular oferta de generosos, mayoritariamente de Montilla y Moriles pero también de otras zonas de la DO, como Puente Genil y Aguilar de la Frontera, y del Marco de Jerez . Una brillante selección que explica con conocimiento y devoción por su tierra. Algunos vinos para el recuerdo como el Fino Pasado Bota 22 Don Jesús Terrevuelos, el Amontillado Delgado 1874, el Palo Cortado 1955 de Pérez Barquero, el Oloroso Pérez Barquero 1905 solera fundacional o el Toro Albalá PX 1968 . Verdaderas joyas que están aún por descubrir para la mayoría. Apabullante selección de vinos cordobeses con joyas casi imposibles de encontrar en otro lugar . Un recorrido fascinante.