Mesón el Caballo, fiel al toque andaluz
Mesón el Caballo, fiel al toque andaluz
Cuando se abren las puertas de este mesón, se respira la maestría y el oficio de quien lo dirige. El ambiente es sobrio y elegante, con mesas espaciosas, difíciles de encontrar hoy en día. El Caballo carga a sus espaldas 25 años ... de eternas jornadas de almuerzos, cenas y juergas con solera. Andrés González, natural de Jerez de la Frontera, siempre transita por el camino de la calidad. Ese es su sello de identidad, impreso a fuego, tanto en la cocina como en la sala. Hoy no nos hemos equivocado.
¡Qué clásico es comenzar con un fino de Jerez bien frío y su magnífico jamón ibérico! Cuando Andrés canta las sugerencias del día, te va entusiasmando con sus descripciones y su peculiar forma de recrear los acabados de sus guisos. Aquí hay cuchara de palo . Los gazpachuelos, las cazuelas de marisco o los judiones aparecen esporádicamente para sorpresa del comensal.
No dejes de compartir su maravillosa tortilla de merluza de pincho, con un punto suave y cuidado. Las alcachofas con salsa de Pedro Ximénez o sus icónicos Fideos al Caballo, con almejas y gambitas, son hoy parte del recetario fuengiroleño.
Entre los pescados destacan el bacalao o la merluza, trabajados a la sartén, con salsas bien trabadas y sofritos llenos de sabor. Las carnes, ejecutadas con sabiduría en las brasas, son su punto fuerte. No falla el solomillo ibérico, regado con una ajada al salir de la parrilla o el chateaubriand con salsa bearnesa. Ambos de obligado cumplimiento. Deliciosos.
La bodega , escasa en referencias, es conservadora, pero ofrece clásicos perfectos para acompañar el menú. Finos y manzanillas, blancos con crianza y estupendos tintos de grandes bodegas para una sobremesa distendida. A la hora de elegir el postre, hay que sufrir la misma indecisión.
Andrés, afirma con mucho arte que: “Todos los postres son caseros y además están hechos aquí.” El milhojas de nata y crema, montado al momento. Un delicioso arroz con leche o su fantástica leche frita, fluida, untuosa y anisada. Emocionante como un niño en casa de su abuela.
El Caballo es un referente de la hostelería bien entendida . Esa que derrocha esfuerzo y no baja la guardia a la hora de poner en su lugar a la gastronomía andaluza.
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