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Un auténtico festival de producto con los pescados y mariscos como estrellas a la mesa

Un auténtico festival de producto con los pescados y mariscos como estrellas a la mesa

Míster Espeto

En el mundo de la gastronomía nos encontramos demasiadas veces con propietarios que llegan rebotados de otros sectores y que se acercan a la hostelería como una actividad en teoría sencilla y amable pero de cuya realidad desconocen casi todo. No es el caso de Miguel Ortega, propietario de El Campanario Golf Club, en Estepona pero a un paso de Guadalmina. Aficionado al buen comer y conocedor de la importancia de confiar en profesionales no dudó en apostar por Manuel Marín y dejar en sus manos la restauración del club .

Manuel –Lolo– Marín Anaya contaba con una experiencia más que contrastada tras su paso por las cocinas de restaurantes consolidados como El Ancla y de llevar el mando de Lakala en Mijas Costa. Poco podía adivinar al hacerse cargo de El Campanario a finales de 2019 sobre lo que nos venía por delante en ese nefasto 2020. Y, sin embargo en una época tan complicada, ha logrado consolidar un restaurante que tiene todos los mimbres para ser un éxito si logra capear este temporal .

Para empezar, un local amplio y acogedor que garantiza las distancias de seguridad ahora que tan importantes se nos han hecho y con una agradable terraza que se abre al jardín y a la piscina del club y, más allá, al campo de golf. Para continuar, una importante apuesta por el pescado y el marisco de alta calidad que Marín se encarga de ir a seleccionar al Mercado de Marbella cada mañana y que luego trata en los fogones con respeto y precisión. Y, para terminar, un afán de superación digno de elogio que le ha llevado a mejorar notablemente el servicio de sala y la carta de vinos en este primer año de andadura.

Aunque la carta de El Campanario no se limita al pescado y el marisco y abarca desde asados hasta arroces lo cierto es que la estrella es su oferta diaria de pescados y mariscos. Coquinas y gambas blancas locales a la plancha, excelentes. Gambas rojas de Garrucha y cigalas de Marbella, terciadas, de carne tersa y punto de cocción inmaculado. Una destreza que también muestra con las frituras : con unos ineludibles salmonetitos fritos que se pueden comer enteros, unas acedías o unas puntillitas. Rebozados livianos y finos como debe ser en Málaga. Para terminar, platos más contundentes que no desmerecen: desde el steak tartare con tuétano hasta la gallineta frita entera pasando por el más popular de la casa, la langosta – o el bogavante – frito al estilo de Manolo con huevos, patatas y pimientos fritos . Un festival de producto. Conviene rematar la comanda con una muy buena tarta de queso o una créme brûlée de caramelo que ganaría servida más atemperada.

Buen trabajo del equipo de sala, profesional y discreto . Ha ganado aun más con la incorporación de José Cádiz, procedente de SteetXo Londres, como sumiller al frente de una carta de vinos bien escogida por los profesionales de Casa Santi, con referencias para todos los públicos y precios que invitan a abrir botellas. Siempre hay que aplaudir apuestas así.

Un restaurante que va creciendo con paso firme y que ya se ha convertido en una referencia importante en su zona donde no abundan precisamente los restaurantes de pescado y marisco que ofrezcan esta regularidad. Lo más difícil ya está logrado; ahora sólo queda continuar en esta línea y dar a conocer el proyecto.

Un auténtico festival de producto con los pescados y mariscos como estrellas a la mesa
  • Recomendado
Valoración
Muy buena

Comida

4/5

Servicio

4/5

Ambiente

4/5

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