Una nueva e interesante promesa gastronómica en la Cruz Blanca antequerana
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Pollo y Ensalada
Lo que menos esperas encontrar en el tradicional barrio antequerano de la Cruz Blanca es un pequeño local del que salen modernas elaboraciones, en el que los fogones respiran tradición, pero donde las técnicas modernas y las presentaciones elegantes lo alejan ... de lo que se cuece en muchos locales de la zona.
El gusto por los detalles sencillos se palpa en la decoración del local: un moderno reloj restaurado preside la entrada, metáfora perfecta de la sincronización con la que trabajan José Padilla y Andrés Garrido que ya pasaron con éxito por las cocinas de Bienmesabe Santamaría . Las mesas altas del fondo del local te permiten compartir la cena o el almuerzo de manera informal mientras los ves trastear en la cocina abierta. En la entrada, mesas bajas para los que prefieren comidas reposadas. La terraza, con vistas a la conocida Iglesia de la Trinidad y la Vega de Antequera completan la oferta.
Una carta muy estacional, con pocos fijos, en la que ya se dejan entrever algunos de sus juegos favoritos: verduras y frutas en diferentes texturas y cortes, carnes a baja temperatura, pescados en tempura o con aliños asiáticos … Una clara apuesta por los productos de temporada, respetando las materias primas, pero estrujándolas para sacar lo máximo de ellas. En el poco tiempo que llevan abiertos han desfilado por la carta platos en los que la verdura o la fruta de temporada eran los grandes protagonistas: Tomate levemente deshidratado, suero de mozzarella y sardina soasada, tomate “aliñao” en cinco texturas: crudo, en vinagreta, nieve, gelatina y deshidratado, tartar de Portobellos con aliño clásico de steak tartar o ensalada de brotes amargos con pato, foie e higos .
Merece la pena probar sus platos de carne a baja temperatura: cordero con aliños árabes, yogurt de ajo y lima o el cochinillo thai y calabaza. Platos muy bien resueltos, combinaciones logradas y sabrosas en las que los juegos con el yogurt o la verdura se funden con la melosidad de la carne . Y en el podio, junto con el ceviche Nikkei de lubina salvaje , un pequeño viaje a Asia donde Andrés nos lleva con acierto de vez en cuando, una fabulosa caldereta de cordero y berenjena . Olvídate de esos platos de cordero potentes; este plato es elegante, con un leve recuerdo a Marruecos por las especias que usa y una agradable combinación con la berenjena.
Aquí es obligatorio llegar a los postres. José tiene buena mano para elaborar ricos postres en los que el azúcar dejar de ser el protagonista principal, dejando paso a la fruta o ¿por qué no? a la verdura. Postres en los que puedes saborear las estaciones. Es fácil comerse el verano en cada bocado de su melocotón en texturas o de la sandía macerada, con queso y helado o saborear el tímido inicio del otoño y el final de la temporada estival en esa mezcla de calabaza, membrillo y melocotón .
La carta de vinos , en la que destacan referencias andaluzas, acompaña bien a una cocina creativa, divertida y viajera, pero con sentido, con raíces y “con tradición” y “contradicción”. En ella se deja ver la mano de José María Claros y Carmen Aparicio, dos distribuidores que no fallan. Vinos de la Axarquía malagueña, Ronda y Granada con un ojo en Montilla y Jerez . Una carta corta, bien pensada, que seguro irá creciendo.
Servicio eficiente y cariñoso, cocina con buen gusto y sabrosura, un proyecto al que echar el ojo y con el que ir disfrutando tanto como lo hacen ellos.
- Barra para tapear
- terraza
Comida
4/5Servicio
4/5Ambiente
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