Contracata, un bar donde beber y comer bien despreocupadamente

El local es angosto, en la Calle Carlos Mackintosh y junta a la Nodega San Bernabé, otro de los clásicos de la ciudad, con apenas tres o cuatro mesas en el interior y otras tantas en la terraza. Sin lujos pero agradable y bien atendido . Porque Contracata es, ante todo, un bar de vinos . Empezando por la completísima selección de vinos del Marco de Jerez y de Montilla y continuando por un amplio catálogo de vinos tranquilos, en buena parte servidos por copas . Godoy, fruto de su paso por esos grandes restaurantes, tiene acceso a botellas singulares y alguna rareza. O sea que merece la pena que pasen, vean y se dejen aconsejar. Hay auténticas joyas en esa lista de vinos.

La cocina , donde manda su esposa, Silvia Almagro, junto con el jefe de cocina, Álvaro Córdoba, busca platos sencillos del recetario popular retocados con acierto . Tapas tradicionales bien resueltas como la ensaladilla rusa, las croquetas de puchero, las albóndigas en salsa de almendras o las gambas al pil-pil que dan paso a otras más creativas, siempre dentro de un tono desenfadado, como el tartar de salchichón malagueño, la sardina ahumada con hierbabuena y cítricos o el yogur de foie gras con parmesano . También hay lugar para el buen producto como con el atún en manteca colorá –que también sirven encebollado en ocasiones– o la estupenda Torta del Casar Virgen del Prado.

Para rematar, platos más contundentes como la hamburguesa de lagarto ibérico, el curry verde de pescado con leche de coco o el chivo malagueño asado con mayonesa de ajo negro . De postre, la versión de la tarta de queso de La Viña. Un lugar para comer y beber bien despreocupadamente.