Los desayunos “estratosféricos” de Bar Nerva
“Prepárame un Martínez y un María, con dos cafés”. Así se comanda en el Bar Nerva , donde los pitufos tienen nombre propio y cada uno de sus desayunos es “estratosférico”.
Nos recibe Joaquín Fernández, el encargado del Nerva, uno de los locales ... más consolidados del barrio de la Victoria. Joaquín viene de una casta de hosteleros; su padre, Agustín Fernández, abrió este bar en 1986, en la calle Cristo de la Epidemia 55. Pero, desde hace un par de años le pasó el testigo a su hijo: “Mi padre ya no está detrás de la barra, pero viene todas las mañanas a echar un vistazo”, aclara Joaquín.
Con el paso de los años, Bar Nerva es conocido por diversos motivos culinarios, pero sobre todo por una cosa: sus desayunos, que no dejan indiferente a nadie. ¿Pero, cuál es el secreto para que un mixto o un mollete triunfen tanto? “Nuestros desayunos son personalizados. Llevan el nombre de quien lo pide ”, nos dice Joaquín.
En Nerva, cada cliente es como si fuese de la familia. Conocen sus preferencias y sus gustos como si de ellos mismos se tratasen: “Yo no pido de desayunar, me ponen lo que ellos creen oportuno. Y todos los días es una sorpresa grata” , afirma Agustín, cliente del bar desde hace años. Prácticamente es su segunda casa cada mañana y así se lo hacen saber en el local: “Son un equipo de personas muy familiar, se preocupan porque todo esté perfecto y te agasajan. Te sientes uno más, por eso creo que el condimento especial de sus desayunos es el cariño que le ponen y tienen a cada persona” , reitera.
Otro de los secretos es la materia prima: “Nosotros trabajamos con la mantequilla Imperial, el café Santa Cristina y el pan es artesanal, lo traemos desde Antequera. Apostamos por los productos locales ”, asegura Joaquín.
Nos metemos en el corazón de Bar Nerva: la cocina . Ahí la que toma las riendas es Katy, que prepara decenas de desayunos “con nombre propio” a un ritmo vertiginoso : “Cuando me dice el nombre yo ya sé quién es, qué quiere y cómo lo quiere”.
Katy no pierde la sonrisa durante todo el tiempo, ni la memoria: “Recuerdo cientos de desayunos y no se me olvida nada. Llevo once años aquí y sé que es lo que quiere cada uno de nuestros clientes”.
De la cocina sale lo más demandado por la clientela del Nerva: Sándwich mixto con huevo frito, pitufos con mantequilla, jamón cocido o aceite de oliva. Pero, sin duda el desayuno estrella son los molletes de ibérico. Para ello, tanto Katy como Joaquín cortan el jamón delante de sus clientes : “Como novedad hemos incluido productos ibéricos para llevar”, apunta Joaquín.
“Los desayunos son espectaculares” , nos comenta otro de los comensales. Y es que a veces, Joaquín sorprende a sus clientes con desayunos extravagantes que llevan steak tartar, hamburguesas o rabo de toro.
Llegamos a la mesa, y la presentación refleja la esencia del Nerva. De mantel tenemos un mini capote que evoca la temática taurina del establecimiento. Cada rincón del Nerva está plagado de fotografías dedicadas a toreros, en especial a uno: Curro Romero , gran amigo de la familia. Por ello, se exhiben un par de dedicaciones firmadas por el maestro al fundador del Nerva.
Pero, no solo Romero es el rostro conocido de este local. Entre sus clientes más conocidos destacan Manuel Alcántara o Eugenio Chicano. Del primero conservan su célebre frase, que llevan en sus camisetas el equipo: “Nerva de donde si lo sé, no me voy”. Y del segundo, un gigante cuadro que decora la sala, donde está representado el pilar de Nerva: Agustín Fernández.
A las doce acaba la ronda de desayunos y empieza con el servicio para comidas: “Ofrecemos salmorejo, croquetas, etc. Pero, nuestra tapa más mimada de la casa es la ensaladilla rusa; que la presentamos en un pan de molde sin tostar”, dice Joaquín. Y no es para menos, ya que hace tres años les dieron el premio a la Mejor Ensaladilla Rusa de Málaga.
Han pasado 35 años desde que Nerva abriese sus puertas. Y tras todo este tiempo, el bar ha cumplido su objetivo con creces: seguir creciendo como negocio familiar y ofrecer lo mejor de sí cada día cuando se levanta la persiana.
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