La Siesta: Una propuesta de gran tapeo
Rolandino
La hostelería en general, la buena restauración en particular, no son cosa menor, ni mucho menos, algo sencillo. Pese a ello, ha sido una salida a dedicaciones tradicionales. Hay quien ha fracasado, muchos, y hay quien ha triunfado haciendo bien, muy bien, las cosas. Entre ... estos últimos se encuentran nuestros protagonistas de hoy, los fundadores del restaurante, hoy ya restaurantes, La Siesta.
Comenzó la aventura hace apenas cinco años, en el año 2012, cuando cuatro amigos, José Domínguez, Raúl Arroyo, Francisco Castilla y José Ruiz decidieron montar un restaurante de calidad en un lugar emblemático como la Plaza del Potro convertido hoy en uno de los epicentros del ocio de Córdoba. Unos años después decidieron completar su apuesta instalando un segundo local en otro lugar también magnífico, en la Espartería, en la calle Rodríguez Marín 5.
Es La Siesta un fantástico lugar para el buen tapeo . Y no lo digo yo. Sus reconocimientos en las cuatro ediciones celebradas hasta hoy del Califato Gourmet de Córdoba así lo acreditan. Imposible no destacar la tapa premiada en 2014, el estupendo braseado de lomo de ciervo marinado sobre rústico, pimientos asados y aceitunas , o la premiada en el año 2016 un soberbio codillo asado con salsa de higos y setas de chopo. Soberbias las dos.
La carta actual es un homenaje a la cocina cordobesa tradicional, actualizada de manera más que satisfactoria. Está en constante evolución, en la que los cocineros introducen sus novedades con el aplauso y el apoyo de los propietarios. Aparte de las dos tapas citadas y de la sabrosísima tarta de queso de cabra, foie, manzana y salsa Cumberland, sobresalen la mazamorra de almendra y manzana en los entrantes, el abanico ibérico y la hamburguesa gourmet entre las carnes y el tumbadito de pez mantequilla en los pescados, así como los risottos de los que se muestran orgullosos.
Su ubicación es más que privilegiada. Dispone de una maravillosa terraza y un confortable y agradable local, atendido por personal amable y dispuesto, y existen disponibles medias raciones en muchos de los platos de la carta, algo muy de agradecer en los días sin mucho apetito o con el bolsillo no excesivamente lleno. No hay muchos peros, aunque la carta de vino, que dispone de alguna interesante sugerencia de denominaciones de origen no muy conocidas, es corta y merece una atención mayor. En suma, restaurante muy agradable, lugar privilegiado y muy buena relación calidad-precio.
- Niños
- terraza
Comida
3/5Servicio
3/5Ambiente
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