Japanish Tapas, el 'Solete' Repsol de Lucena que apuesta por el tapeo japonés

Contreras además tenía una notable experiencia en hostelería y en lugares de prestigio, entre ellos el Restaurante Ferrero de Paco Morales, el Restaurante Alinea de Grant Achatz en Chicago (2011), el Restaurante Las Rejas de Manolo de la Osa en Cuenca (2012), el Restaurante Diverxo de David Muñoz en Madrid (2013), el Restaurante Central de Virgilio Martinez en Lima (2014) y el Restaurante Ibérica de Nacho Manzano, en Londres (a partir de 2015). Zamora estudió en el Instituto Nacional de Gastronomía en Caracas.

Ante la falta de un restaurante asiático y de fusión en el pueblo cordobés vieron una oportunidad y se pusieron manos a la obra. La idea queda reflejada en esa ‘sh’ de japanish, en la que recetas españolas se hacen con técnicas japonesas y viceversa, una mezcla cuyo concepto sería en cierto modo el de tapeo japonés. O más bien tapeo japanish. Eso sí, con unas particularidades que son los principios de la casa: no se ponen tapas con la consumición y no hay sushi. Y a esas particularidades se suman otras, ya que el establecimiento tiene un local, terraza y además kiosko al lado de la terraza. El conjunto sin duda ofrece un lugar distinto y con personalidad. «Queríamos marcar nuestra propia línea y con recetas que nos crearan una identidad propia», indica Contreras.

La terraza y el kiosko de Japanish Tapas

«Intentamos hacer una cocina de fusión, atrevida, que busque a ese público joven que le gusta vivir experiencias diferentes», resume. Pero ¿Cómo se concreta el concepto de Japanish Food? Su responsable escoge un plato a su modo de ver icónico en este aspecto, el flamenquín roll . La idea parte de un flamenquín tradicional, pero se rellena de tocino ibérico y anguila ahumada. Y luego va marinado con ajo, perejil y yuzu, un cítrico japonés, híbrido entre naranja y limón. Además está rebozado con panko, un pan rallado japonés y acompañado de la salsa unagi, un tipo de soja dulce, un ali-oli japonés y raíces de loto.

El flamenquín roll

Otro ejemplo sería el salmón-rejo, un salmorejo de temporada que ahora se está haciendo con aguacate, y que está acompañado de un tataki de salmón, huevas de salmón y migas de panko. «La idea era también que la gente no se sintiera con miedo a probar la cocina japonesa, puesto que partimos de elementos que ya conocen». Un ejemplo más, los pimientos del Padrón con edamame (un haba de soja) y una salsa de miso, que es la pasta de soja fermentada, con vino de Montilla y ajo frito.

Pero ¿resulta fácil combinar estas dos cocinas tan distintas? «Todo está muy pensado, no dejamos nada al azar, para que los sabores casen perfectamente y la experiencia del cliente sea la mejor posible».

Además de con numerosos platos para compartir, Japanish Tapas cuenta con hamburguesas igualmente personales e incluso el concepto se lleva a los postres, por ejemplo la torrija caramelizada con mantequilla y sake , o a los cócteles, con el vargas japanish, la sangría blanca de sake y yuzu o el vermut rojo con yuzu, entre otros.

Un merecido ‘Solete’ Repsol, que Contreras ve como un espaldarazo no solamente a ellos, sino «a la gastronomía de segunda línea, ya que siempre nos centramos en los grandes restaurantes, en los estrellas Michelín o los grandes chef, y es la punta de lanza de la gastronomía española, pero luego hay otros muchos restaurantes a los que les gusta hacer las cosas muy bien».