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La plantilla de Bimbo se manifiesta ante «la drástica decisión inhumana» del cierre en Alicante

Los trabajadores, apoyados por dos ayuntamientos, se han movilizado para intentar «revertir el varapalo de la multinacional» que consideran «injusto» por su implicación durante años con la compañía

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Imagen de la manifestación llevada a cabo este sábado por la plantilla de Bimbo en Alicante ABC
José Luis Fernández

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Los ayuntamientos alicantinos de El Verger y Denia se han solidarizado y respaldan al centenar de trabajadores de Bimbo en su incierta negociación para intentar evitar el cierre de la factoría implantada desde hace más de 50 años en la comarca, muy vinculada a las poblaciones de ambos municipios.

Esta muestra de respaldo ha infundido ánimos entre los afectados, que este sábado se han concentrado en su primera manifestación de protesta, antes de iniciar varias jornadas de huelga, de momento, los días 28 y 29 de enero, antes de su próxima reunión con la compañía, prevista para el 31.

«En la jornada previa a la manifestación hemos recibido con agrado el respaldo de la Corporación municipal de Denia y de El Verger en forma de mociones aprobadas por unanimidad, lo cual nos da más fuerza si cabe para seguir en nuestra justa lucha para revertir o en su caso amortiguar el varapalo que hemos recibido a manos de esta multinacional y de su voracidad por aumentar los pingües beneficios que ya de por sí tienen», ha declarado José González, presidente del comité de empresa.

En cuanto a la posición de la compañía, se han mostrado críticos porque, a su entender, con el cierre y el traslado de la producción a una nueva planta en la provincia de Barcelona «incumplen sus cuatro reglas de oro que, según ellos alardean son: justicia, confianza, respeto y afecto».

Por eso, recriminan que «esta decisión ni es justa ni respeta a sus trabajadores, mucho menos crea confianza y, desde luego, muestra falta de afecto total hacia quienes ellos se refieren como colaboradores», algo de lo que se precian los empleados, por su implicación durante años con las necesidades de producción, incluso en circunstancias de riesgo, como al acudir a sus puestos en plena pandemia del coronavirus. O con sacrificios que han llegado a trabajar fines de semana aparte de las 40 horas semanales de jornada laboral.

«Esta drástica decisión no tiene nada de plenamente humana, si no de bastante inhumana», ha lamentado el representante de la plantilla por Comisiones Obreras (CCOO).

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