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La salida de la UE del Tratado de la Carta de la Energía «envía un mensaje negativo a los inversores»

Bajo este marco para la cooperación energética están 65 países y organizaciones, entre los que se encuentra EE.UU., que ofrece más atractivos para invertir

De lo que se queja el Ibex: litigiosidad, inestabilidad jurídica y presión fiscal

ABC
Javier González Navarro

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La Comisión Europea va a solicitar esta semana la salida de sus estados integrantes del Tratado de la Carta de la Energía (TCE), el marco multilateral para la cooperación en materia de energía diseñado en los años noventa para fomentar la seguridad energética mediante unos mercados de la energía más abiertos y competitivos, respetando los principios de desarrollo sostenible y la soberanía sobre los recursos energéticos. España ha sido uno de los países más críticos con el acuerdo, señalando que imposibilita el cumplimiento de los objetivos climáticos.

«Esta decisión envía un mensaje negativo a los inversores, es un paso profundamente regresivo y subraya la falta de apoyo por parte de la UE a los inversores en energías renovables, afirma Nick Cherryman, socio del bufete de abogados Kobre & Kim, que representa a los inversores en energías renovables en el laudo Antin. «La UE y sus estados miembros no han acordado ninguna protección equivalente que lo sustituya, por lo que los inversores se encuentran en una situación de mayor incertidumbre en cuanto a si recibirán alguna protección por los riesgos país que asumen al invertir», añade.

Cherryman, que estuvo recientemente en Madrid en una conferencia internacional sobre inversión y seguridad jurídica en las energías renovables, explica que «al abandonar el TCE y eliminar las importantes protecciones jurídicas que se ofrecían a los inversores en energías renovables, la UE ha hecho que el panorama de la inversión en energía en la UE sea más arriesgado para los inversores en energías renovables, y menos atractivo. Esto es, lamentablemente, coherente con la forma en que los inversores en energías renovables han sido tratados por la UE y por algunos estados miembros; más obviamente por España y su falta de respeto por el estado de derecho internacional al no cumplir con los laudos arbitrales internacionales y las sentencias definitivas de los tribunales ingleses y australianos. Estas acciones demuestran que los inversores en renovables son ciudadanos de segunda clase cuando se trata de invertir en la UE«.

Y recuerda que «por el contrario, especialmente desde que la Ley de Reducción de la Inflación entró en vigor a principios de este año, los EE.UU. ofrecen un ecosistema de inversión en renovables atractivo y jurídicamente seguro. Los EE.UU. siguen siendo un miembro activo del TCE. Recientemente, el otro estado prominente que se retiró del TCE fue Rusia, como reacción a las demandas presentadas con éxito por los accionistas de Yukos, basadas en la apropiación ilícita por parte de Rusia de los activos de esa petrolera.

Por último, destaca que «el TCE ofrece protección a todos los inversores cualificados en el sector de la energía. Decir que favorece las inversiones relacionadas con el carbono e inhibe de algún modo las inversiones en energías renovables es un error«.

La Comisión Europea advirtió en octubre pasado a España y a otros países que anunciaron su retirada del Tratado de la Carta de la Energía de que sus nuevas inversiones en renovables quedarán desprotegidas, así como que estarán sujetos a las provisiones de inversión de dicho acuerdo global durante 20 años.

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