mundial de natación
Mireia, vuelta a su punto de despegue
La nadadora compite hoy en la final de 200 mariposa, la prueba que la coronó con una plata olímpica en Londres 2012

El tiempo, tan raudo cuando menos interesa, pareció detenerse en aquella tarde de principios de agosto, hace hoy un año. La respiración de todo un país se mantuvo en suspenso durante los poco más de dos minutos que separaron la costumbre de la historia, la que escribió Mireia Belmonte al conquistar la medalla de plata en la prueba de 200 metros mariposa en los Juegos Olímpicos de Londres. Hoy, justo un año después después de aquel punto de inflexión, la catalana regresa a donde todo empezó, esos 200 metros de pura emoción que estallaron en lágrimas y en orgullo nacional en un país pequeño en natación, pero grande en nadadores de lujo que luchan más allá del último aliento.
Fue en mariposa donde Mireia maravilló al mundo y explotó todos los recursos que cultivó desde que se lanzara al agua por primera vez en su club de Badalona para tratar de mitigar sus problemas de espalda. De aquellas primeras carreras, de aquellos primeros largos, un éxito mayúsculo e iniciático que, sin embargo, no iba a ser el único. En la mágica noche del 1 de agosto de 2012 , tras unos breves momentos para saborear lo imposible y contagiar de alegría a todo un país, Mireia cortó la euforia y regresó al agua, al estricto programa de entrenamientos que dibujó su entrenador Fred Vergnoux y ella convirtió en una realidad de cuento con dos finales felices : plata en mariposa y plata en 800 libres . Las metas no se alcanzan si no se persevera en el camino, larguísimo, con miles de kilómetros y alergias al cloro.
Hoy se cita con su propia historia en el Mundial de Barcelona, quizá menos espectacular que los Juegos, pero mucho más emotivo porque tendrá a 12.000 gargantas dando todo de sí para llevarla una brazada más rápido que sus rivales. «Se me puso la piel de gallina», comentó cuando salió al escenario del Palau Sant Jordi en una de sus primeras pruebas. Hoy volverá a sentirse arropada porque la hija pródiga de una ciudad y de todo un país sigue creciendo en sueños y récords.
Doble opción de podio
Soberbia y rapidísima, ayer Mireia voló majestuosa en su calle y marcó el mejor tiempo de las semifinales (2:06.53) . Superó a sus rivales, la estadounidense Camille Adams y la húngara Katinka Hosszu y aún se reservó fuerzas para hoy: «Me he sentido muy cómoda y no puedo hablar de décimas o centésimas, pero sí puedo mejorar». La confianza que germinó en aquella plata de Londres florece en los castigados brazos de Mireia día a día. Queda mucha competición, apenas ha empezado para ella porque le esperan sus mejores pruebas , aquellas en las que ya no teme ni al cronómetro ni a su rivales, se llamen Hosszu, Jazmin Carlin, Jiao Liuyang o Katie Ledecky. Desde aquella plata, es ella la referencia.
Su determinación y afán de superación no tiene rivales, pero sí tendrá una compañera, Judit Ignacio , que se clasificó por primera vez en una final del 200 mariposa. Obtuvo el octavo mejor tiempo, pero como le dijo Mireia: « Disfruta del público, que te ayudará ». Con 22 años, la badalonesa ya es veterana a los ojos de Ignacio (19), en su espalda descansan dos platas olímpicas, en 800 libres y en 200 mariposa, el origen de todo, la carrera donde Mireia Belmonte se convenció a sí misma de que 22 kilómetros diarios en las jornadas más duras valían la pena. La carrera en la que paró el tiempo, y las respiraciones.
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