
Los diez dinosaurios más raros descubiertos en los últimos años
El «pollo infernal», el que tiene colmillos de vampiro, el «muslos de trueno» o el mayor depredador de Europa... Un vistazo a los nuevos «monstruos» de la paleontología
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12345678910El «pollo del infierno»

Recreación artística del Anzu wyliei, el «pollo del infierno» - Mark Klingler, Carnegie Museum of Natural History Sus descubridores lo bautizaron como «pollo del infierno» (Anzu wyliei) por su extraño aspecto: Un cuerpo probablemente cubierto de plumas de tres metros de largo y metro y medio de alto, pico sin dientes, patas de avestruz, enormes garras, una cola larga y robusta y, coronando todo el conjunto, una gran cresta redondeada. Este dinosaurio habitó hace 66 millones de años Norteamérica. Los palentólogos del Museo de Historia Natural Carnegie en Pittsburgh (EE.UU.) que encontraron sus fósiles creen que la especie era omnívora y comía carne y vegetales. Ocupaba llanuras de inundación y con seguridad llevó una vida peligrosa, ya que le tocó compartir su mundo con un fiero competidor, el Tiranosaurio rex.
Más información e imágenes del «pollo del infierno» en este enlace.
El mayor depredador de Europa

El Torvosaurus gurneyi - Sergey Krasovskiy Hace 150 millones de años, el mayor depredador terrestre que jamás se haya conocido en Europa paseaba su terrorífico aspecto por la Península ibérica. El Torvosaurus gurneyi, descubierto en un yacimiento al norte de Lisboa, no tenía adversario que se le pudiera comparar. Este «monstruo» del Jurásico medía diez metros de altura y pesaba cinco toneladas. Tenía unos dientes en forma de cuchilla de diez cm de largo, capaces de desgarrar cualquier presa, incluidos otros grandes dinosaurios.
El «rey sanguinario»

Pesaba 2,5 toneladas y medía 8 metros de longitud Otro gigante con muy malas pulgas. Pariente del famoso Tiranosaurio rex, esta bestia de dos toneladas y media y 8 metros de longitud habitó hace 80 millones de años la costa pantanosa de Laramidia, en la actualidad el oeste de América del Norte. Sus descubridores le llamaron Lythoronax Argeste, cuya primera palabra significa «rey de la sangre» o «rey sanguinario». Solo hay que ver sus dientes para saber que el nombre le viene como anillo al dedo. Era el carnívoro más grande de su ecosistema.
Colmillos de vampiro y cara de loro

El Pegomastax africanus - T. Marshall Este dinosaurio de pequeño tamaño (pesaba menos que un gato doméstico) y el cuerpo cubierto de cerdas como un puerco espín, tenía una cara semejante a la de un loro y un par de colmillos punzantes como los de un vampiro. El Pegomastax africanus (mandíbula gruesa de África) era herbívoro y habitó la Tierra hace 200 millones de años, cuando el supercontinente Pangea comenzaba a dividirse en dos. Sus restos aparecieron originalmente en los años 60 en Sudáfrica, pero no fue hasta 2012 que se dio a conocer como una especie diferenciada.
El «muslos de trueno»
El Brotomerus utilizaba sus poderosas patas para defenderse de los depredadores - F. Gasco Este saurópodo de cuello largo de 110 millones de años de antigüedad llamado Brontomerus mcintoshi tenía unas patas tan musculadas y poderosas que ha sido bautizado como «muslos de trueno» por los paleontólogos. Utilizaba sus terribles patas como un arma para defenderse de los depredadores que querían atacarlo y para desplazarse por terrenos accidentados. Los fósiles de una hembra adulta y su cría han sido descubiertos en Utah (EE.UU.). La madre llegó a pesar alrededor de 6 toneladas y medía 14 metros de longitud, aproximadamente el tamaño de un elefante grande. El pequeño podía compararse con un pony en sus dimensiones.
El dinosaurio corredor

El Eodromaeus, un dinosaurio corredor - archivo El Eodromaeus, que significa «el corredor de la madrugada», era todo un velocista. Hallado en Argentina, este depredador vivió hace unos 320 millones de años, en los albores de la era de los dinosaurios. Poseía un cuello estilizado y una cola larguísima, medía casi dos metros de largo y pesaba entre 4,5 y 7 kilos, poco más que un perro pequeño. Los paleontólogos lo consideran el origen de una larga saga de carnívoros que culminaría con la aparición del Tiranosaurio rex. Más sobre este dinosaurio aquí.
El dinosaurio nadador

El Koreaceratops - Museo de Historia Natural de Cleveland El Koreaceratops, descubierto en Corea del Sur, llevaba una vida semiacuática hace 103 millones de años. Era bípedo, herbívoro y medía alrededor de metro y medio de longitud. Se ayudaba de una cola plana para moverse en el agua.
Del tamaño de un loro y con un dedo único

El Linhenykus monodactylus - Julius T. Csotonyi Menudo y ligero, del tamaño de un loro grande, este dinosaurio descubierto en la región de Mongolia Interior (China) se distingue por tener un único dedo, una pinza que seguramente utilizaba para excavar en los nidos de insectos. Es el único dinosaurio de este tipo que se conoce, una rareza de hace unos 80 millones de años que puede ser fruto de la evolución natural. Se llama Linhenykus monodactylus por la ciudad de Linhe, cercana al lugar donde sus restos fueron encontrados. Puedes saber más sobre este dinosaurio en este enlace.
El «Pinocho rex»

Ejemplares de caza - Chuang ZhaO Que a nadie engañe el mote de «Pinocho rex», porque no tenía nada de cándido. Este espectacular tiranosaurio narigudo, «primo» del temible depredador con el que comparte apellido, era un carnívoro terrible que aterrorizó Asia durante el Cretácico tardío, hace más de 66 millones de años. Tenía un cráneo alargado y dientes estrechos y largos en comparación con la mandíbula más profunda y los dientes gruesos de un T. rex convencional. Además, poseía una hilera de cuernos en su nariz. «Podía parecer un poco cómico, pero seguramente fue tan mortal como cualquier otro tiranosaurio y tal vez incluso un poco más rápido y sigiloso», describe Steve Brusatte, de la Universidad de Edimburgo, uno de sus descubridores.
Pequeño y cabezón

El dinosaurio parecía llevar un casco sobre su cabeza - Julius Csotonyi El ligero Acrotholus audeti de Canadá (40 kilos y 1,80 metros de longitud) lucía un cráneo monumental, como si llevara puesto un casco, compuesto por un hueso sólido de más de 10 cm de espesor. Grueso y abombado por encima de sus ojos, el cráneo servía para exhibirse ante otros miembros de su especie, pero también pudo haber sido utilizado como una potente arma para pelearse a cabezazos.







